Dos grandes temas estaban allí para dialogar con Marchese: su personalidad marcadamente contracultural, reflejada, por ejemplo, en su libro Pensamiento salvaje —también en su participación en redes sociales—. Y su actividad como librero.
Propietario y conductor de librería Babilonia (imagen) en el paseo de librerías de Tristán Narvaja, desde los años 90; es un encendido defensor, primero, del libro físico por sobre el digital: "el texto de un libro físico no se puede borrar", justifica; y luego de las ventajas y el encanto de los libros antiguos, ya que trabajar con ellos permite al lector —explica— una mayor libertad para elegir. "Mientras los libros nuevos representan los últimos, digamos, cinco años de lanzamientos editoriales, el libro usado o antiguo puede representar fácilmente, en cambio, los últimos cinco siglos".