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Los principales bancos centrales del mundo se han embarcado en políticas monetarias ultra expansivas: ¿Qué efectos tendrán?

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El impacto del coronavirus llevó a una fuerte inyección de dinero en las principales economías del mundo

EMILIANO COTELO: Como ustedes saben, los gobiernos de todo el mundo están combatiendo la pandemia del Covid-19 y tomando medidas de política económica para mitigar los impactos negativos sobre la actividad económica.

Días atrás analizábamos un paquete fiscal de 10% del PIB en Estados Unidos. Otros países también están adoptando medidas en el frente fiscal. Pero además, numerosos bancos centrales se están embarcando en políticas monetarias ultra expansivas. Para entender mejor cómo pueden funcionar esas políticas y para mirar también qué opciones se le presentan al Banco Central de nuestro país, vamos a conversar a partir de ahora con el economista Pablo Rosselli, socio de Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Para empezar, Pablo, ¿podemos comentar las medidas de política monetaria que se están implementando con más frecuencia en este contexto?

PABLO ROSSELLI (PR): Claro, Romina. Muchos bancos centrales implementaron reducciones significativas de las tasas de interés. La Reserva Federal de Estados Unidos implementó un recorte de 150 puntos básicos. En Canadá las tasas se bajaron en 100 puntos básicos. En Nueva Zelanda y en Reino Unido los recortes fueron más moderados, de 75 y 65 puntos básicos. En varias economías emergentes vimos recortes de tasas de diversa entidad, desde 150 puntos básicos en Turquía, a 75 puntos en Brasil y recortes más pequeños (25 o 50 puntos) en varias economías.

La reducción de las tasas de interés es la primera medida, bien estándar, de respuesta ante un shock recesivo.

El problema que tenemos es que estábamos en un mundo de tasas de interés muy bajas en muchísimas economías del mundo, por eso, el espacio de recorte de tasas es muy limitado. Por ejemplo, la Fed en EEUU bajó la tasa de los fondos federales en 150 puntos y ya quedó en 0%. Históricamente, la Fed bajaba la tasa en unos 500 puntos cuando la economía estaba en recesión. En la Eurozona, las tasas de interés ya son negativas. La tasa interbancaria para operaciones a un día es negativa (-0,5% anual). En Japón ocurre lo mismo. En Reino Unido la tasa interbancaria quedó en solamente 0,1% anual. Las tasas pueden ser un poquito negativas pero no demasiado.

Por esa razón, porque las rebajas de tasas son insuficientes para responder a esta crisis, los bancos centrales están implementando expansiones monetarias muy importantes, que en la jerga se llaman Quantitative Easing o Aflojamiento Quantitivo.

RA: ¿De qué magnitud son esas expansiones monetarias?

PR: En el caso del Banco Central Europeo se anunció que habrá una expansión monetaria de prácticamente un billón de dólares (un millón de millones o un “trillion” en inglés), que representan un 9% del PIB de la Eurozona.

En EEUU la Fed había anunciado una expansión monetaria de 700.000 millones de dólares (3% del PIB) pero días después el presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló que la expansión sería ilimitada. Que tomaría el tamaño que fuese necesario para detener la crisis de confianza que se veía en los mercados, y desde ese anuncio, las acciones mostraron una recuperación, luego de acumular una baja de 35% desde el máximo observado a mediados de febrero.

En Reino Unido la expansión monetaria prevista está en torno de 10% del PIB, comparable a lo anunciado por el Banco Central Europeo.

RA: Pablo, me imagino que los oyentes se estarán preguntando, cómo se implementa concretamente esa expansión monetaria y cómo es que esa expansión monetaria termina ayudando a la actividad económica.

PR : Buenas preguntas… Otras veces comentamos en el programa que el coronavirus implica un shock de oferta y un shock de demanda simultáneamente. Tenemos un shock de oferta porque las personas dejan de ir a trabajar, entonces las empresas no pueden mantener su producción. Cuando hay un shock de oferta, las políticas macroeconómicas convencionales tienen poca capacidad de acción. Los gobiernos pueden aumentar el gasto público y los bancos centrales pueden bajar las tasas de interés o inyectar liquidez en la economía pero ninguna de esas cosas hace que volvamos a trabajar.

Sin embargo, junto con ese shock de oferta se produce un shock de demanda, porque también dejamos de consumir. Entonces vuelve a aparecer un espacio para las políticas macroeconómicas expansivas, que tratan de minimizar la caída de la demanda para que la crisis no se agrave. La política fiscal en particular cumple ese rol (y la semana pasada comentamos por ejemplo el paquete fiscal en EEUU): el Estado se ocupa con la política fiscal de llevar recursos al sistema de salud y a los hogares más afectados por la crisis, para mitigar la caída de la demanda agregada y para moderar la pérdida de ingresos y de bienestar de aquellos que pierden su trabajo o su fuente de ingresos.

La política monetaria expansiva, en cambio, trata de actuar del lado del crédito. Para evitar que este shock, transitorio (aunque no sabemos si va a durar dos meses, o cuatro o seis meses), no termine por generar problemas financieros más importantes y persistentes sobre las empresas. A eso apuntan estas expansiones monetarias.

RA: Y concretamente, Pablo, ¿cómo operan esas expansiones monetarias?

PR: Con algunas diferencias menores, mediante estos programas los bancos centrales compran bonos del gobierno a plazos largos y bonos de las empresas. De este modo, se trata de bajar las tasas de interés de los bonos del gobierno, para que los inversores se vean más inclinados a comprar bonos de las empresas y con la compra directa de bonos de las empresas, se trata también de bajar las tasas de retorno al inversor de esos bonos.

Hay que tener en cuenta que en las últimas semanas, los inversores vendieron acciones y vendieron bonos de las empresas, porque los inversores temían por la capacidad de repago de esos bonos. En otros términos, eso implicaba que las empresas se estaban quedando sin crédito, con el consiguiente riesgo de ingresar en situaciones financieras complicadas. Inclusive con riesgo de quiebra en muchos casos.

Además de esas medidas, estamos viendo muchos bancos centrales generando líneas especiales de crédito a los bancos y cambios en la regulación bancaria, flexibilizando criterios para que sea más fácil para los bancos mantener el crédito.

En definitiva, Romina, volvemos nuevamente al tema que comentábamos la semana pasada… es fundamental preservar el crédito en la economía para cuidar la cadena de pagos. Todas estas políticas persiguen ese objetivo.

RA: Para terminar, Pablo, ¿qué puede hacer el Banco Central en nuestro país?

PR: El margen de acción del BCU es mucho más limitado que el de los grandes bancos centrales del mundo. En primer lugar, porque ya tenemos una inflación elevada. Por lo tanto, la capacidad de expandir la cantidad de dinero sin generar mucha más inflación es acotada.

Por otra parte, nuestro banco central no tiene un stock de reservas importante, porque las reservas tienen como contrapartida un stock de letras de regulación monetaria por las cuales debe pagar un interés significativo, que actualmente varía según el plazo entre 9% anual y 13% anual. Una expansión monetaria fuerte impactaría rápidamente en un mayor valor del dólar y en más presiones inflacionarias.

De todos modos, el Banco Central tiene algunas líneas de acción. Ya flexibilizó, como comentábamos la semana pasada, los criterios de clasificación de créditos morosos, con el objetivo de facilitar una refinanciación rápida de deudas.

Podría también reducir encajes bancarios…

RA: ¿Podemos recordar a los oyentes en qué consisten los encajes bancarios?

PR : Claro… Los encajes bancarios son una parte de los depósitos que hacemos los particulares en los bancos que deben ser mantenidos por los bancos comerciales sin volver a prestar. Esos encajes sirven para asegurarnos que los bancos tienen la capacidad de devolver los depósitos cuando los depositantes los reclaman.

Sin embargo, los encajes bancarios suelen ser muy altos en relación con la magnitud normal de retiros de depósitos. Por eso, en momentos como éste, el BCU podría considerar alguna reducción de encajes en moneda nacional, lo cual le daría más liquidez a los bancos, sobre todo en un contexto en el que muchas empresas quieren pasar parte de su deuda en dólares a pesos.

La clave estaría en diseñar esa reducción de encajes, condicionándola a que haya efectivamente una expansión del crédito en moneda nacional, evitando que esa mayor liquidez se vaya directamente hacia el dólar. Por ese lado, el Banco Central tiene algo más de espacio de acción.

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Foto: Javier Calvelo/ adhocFotos

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