A. Económico

EEUU acordó un paquete de estímulo fiscal masivo para mitigar lo efectos del coronavirus

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El gobierno de Donald Trump anunció un plan histórico para el país en términos numéricos

EMILIANO COTELO: Ayer, los principales líderes del Congreso de Estados Unidos acordaron votar un paquete de estímulo fiscal masivo para apuntalar la economía.

Se trata de un programa fiscal sin precedentes, el más grande en la historia de Estados Unidos, por un monto equivalente a aproximadamente 10% del PIB de ese país.

¿Qué medidas comprende el paquete estadounidense? ¿Qué efectividad pueden tener estas medidas en una crisis que tiene su origen en una pandemia?

Lo charlamos en los próximos minutos con el economista Pablo Rosselli, socio de EXANTE.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Pablo, si te parece podemos comenzar por el tamaño del programa de estímulos, que terminó siendo bastante superior al que se había manejado inicialmente. Finalmente son 2 billones de dólares, o 2 “trillion” si usamos la jerga de numeración en inglés. A veces es difícil dimensionar números tan grandes, pero quizás los podemos “aterrizar” con algunas comparaciones históricas…

PABLO ROSSELLI (PR): Sí, se trata de números enormes. Creo que la primera referencia que puede ayudar a dimensionar esos números es la que mencionaba Emiliano recién, y es en relación al PIB de Estados Unidos. Estamos hablando de alrededor de casi 10 puntos del producto… Se trata de un paquete de estímulo que es más grande al que vimos en la crisis financiera de 2008 y que además llega más temprano. En aquel momento recién en 2009 tuvimos una ley que se llamó “de recuperación y reinversión americana”, que incluía un paquete de medidas por unos 800.000 millones de dólares, equivalente a 5% del PIB de aquel momento y que se distribuía en dos años… Es cierto que también teníamos otras leyes de asistencia a bancos, que en definitiva eran compromisos de recursos fiscales… Pero en lo que hace a medidas de gasto directo y de renuncia fiscal, ahora tenemos algo más grande en relación al PIB y también más concentrado, porque refiere esencialmente a medidas que se van a tomar a lo largo de este año.

RA – ¿Qué tipo de medidas están comprendidas en este paquete que se está aprobando en estos días? Aclaremos que el paquete todavía está en trámite en el Congreso aunque hay un amplio acuerdo para aprobarlo…

PR – El paquete tiene tres grupos medidas…

Un primer grupo de medidas tiene que ver con el sistema de salud, para el que se destinan unos 150 mil millones de dólares. Allí hay cosas relacionadas con la cadena de aprovisionamiento de insumos médicos, con tener un stock nacional de determinados equipamientos, modificaciones en los procesos para acelerar la aprobación y promover el desarrollo de vacunas y tratamientos.

Luego hay un gran grupo de medidas que apuntan al objetivo de sostener el mercado de trabajo, proteger el empleo y mitigar la pérdida de ingresos por parte de la gente. En relación a este objetivo, hay ayuda financiera a pequeñas empresas (US$ 350.000 millones), hay provisiones de seguro de desempleo (se expande la cobertura del seguro de paro a más trabajadores, se lo extiende por cuatro meses y se aumenta el monto), hay créditos fiscales para individuos y hay diferimiento del pago de impuestos y contribuciones a la seguridad social por parte de las empresas. También se suspende el pago de algunos créditos por un período de seis meses, por ejemplo los préstamos relacionados con la educación, que en Estados Unidos tienen un peso importante. La medida que tuvo más destaque en los medios ayer es la de transferencias directas a los hogares de menores ingresos. Concretamente, se dispusieron pagos de US$ 1.200 por adulto y US$ 500 por niño, en principio por única vez.

Y en tercer lugar, hay medidas que apuntan a estabilizar la economía en un sentido más amplio. Hay un Fondo de Estabilización de Emergencia para empresas y municipios, hay financiamiento para aerolíneas, empresas de carga aérea y otros negocios que se definen como “críticos para la seguridad nacional”. Hay algunas medidas de asistencia a bancos locales y de porte pequeño… Y hay financiamiento de emergencia para hospitales, aeropuertos, transporte … En general para varios sectores que han tenido disrupciones severas de su operativa. Se estipulan unos US$ 500.000 millones en préstamos garantizados por el gobierno para asistir a grandes compañías.

RA – Pablo, ¿cómo vieron estas medidas? ¿Qué efectividad pueden tener en este contexto en el cual, como decía Emiliano, la actividad está parada por temas ajenos a la economía?

PR – Sin dudas, las medidas de estímulo fiscal tienen una capacidad más limitada en un contexto donde la crisis no es exclusivamente una crisis de demanda. Es decir, si el problema fuera solamente que los agentes consumen e invierten menos, medidas como las que hablábamos recién probablemente tendrían un impacto más significativo para apuntalar la economía. Pero como bien decía Emiliano al principio, estamos ante un shock tanto de demanda (porque la gente se queda en sus casas y no consume) como de oferta… las decisiones adoptadas para contener el avance del virus llevan a que las personas trabajen menos y a que las empresas no produzcan o produzcan menos que en circunstancias normales, reduzcan sus plantillas laborales al menos transitoriamente y tengan dificultades para afrontar sus obligaciones.

En definitiva, la caída del gasto en consumo y de la inversión no es algo que se vaya a poder evitar, pero al menos con este tipo de paquete de estímulos se busca mitigar el impacto. Por otro lado, y algo que a nuestro juicio es bien relevante, es que estas medidas deberían ayudar a preservar también la cadena de pagos…

RA – ¿Podrías, Pablo, explicar en más detalle a que te referís con la “cadena de pagos” y porque es importante preservarla? Me imagino que hay oyentes que se deben estar preguntando por ese término, que también se usa para referirse a los problemas que podemos tener aquí en Uruguay.

PR – El tema es así… Si una empresa deja de vender no percibe ingresos, si no tiene ingresos no le puede pagar a su proveedor, si no le paga a su proveedor ese proveedor es otra empresa que tampoco puede cobrar ni pagarle a su propio proveedor… además si las empresas no cobran tampoco pueden pagarles a los bancos y si los bancos no cobran estos van a cortar el crédito… y así se ingresa en una espiral negativa… de corte de la cadena de pagos.
Por eso es importante que se tomen medidas de inyección de crédito en la economía que busquen preservar la cadena de pagos para evitar que la crisis no siga escalando.

RA – ¿Y qué pasará con la deuda pública tras esta medida? Te lo pregunto porque el déficit fiscal va a subir mucho, obviamente.

PR – Es así… En general en nuestra profesión hay acuerdo en que esta es la respuesta correcta de política económica, aun cuando eso suponga tomar riesgos en relación con la trayectoria de la deuda pública.

Con este paquete en Estados Unidos, en estos días se estimaba que el déficit fiscal va a volver a los picos que tuvo en 2008-2009, por ejemplo… Ajustado por el ciclo económico, de hecho, podría ser incluso un poco mayor. Se está hablando de un resultado primario antes del pago de intereses deficitario en el orden de 10% del PIB… y eso obviamente pondrá presión sobre la deuda pública… pero la expectativa por el momento es de que no haya problemas en este contexto de tasas de interés tan bajas en todos los países desarrollados.

Un tema clave a entender es que muchos países desarrollados y Estados Unidos en particular tienen una larga tradición de cumplimiento de sus obligaciones y una larga tradición de baja inflación… Por eso tienen la posibilidad de recurrir a fuertes aumentos de sus deudas públicas en circunstancias críticas como esta.

RA – Para ir cerrando, Pablo, estas medidas van en la misma línea de las que se anunciaron en los últimos días por el gobierno uruguayo… Ahora, el espacio que tenemos nosotros es mucho menor, ¿verdad?

PR – A grandes rasgos podríamos decir que las medidas que se están implementando en EEUU, y en otros países del mundo, y las medidas que anunció el gobierno uruguayo buscan los mismos objetivos, mitigar el impacto económico de la crisis sanitaria.

Sin embargo, la magnitud de las medidas que se están tomando en EEUU y en otros países es extraordinariamente mayor que lo que podemos hacer en Uruguay.

Uruguay no tiene las posibilidades de EEUU… El comportamiento crediticio de Uruguay tiene muchos incumplimientos en los últimos 100 años… Y tenemos una larga tradición inflacionaria… entonces no podemos emitir mucha deuda en moneda propia… Todo eso limita muchísimo nuestra capacidad de endeudamiento total…

Y arrancamos con un déficit fiscal de 5% del PIB que es muy pero muy alto para una economía emergente…

Algunas agencias calificadoras señalaron que un aumento transitorio en el déficit como consecuencia de la crisis sanitaria no tendría por qué impactar rápidamente en la nota uruguaya… Pero la realidad es que en este nuevo contexto donde el financiamiento se encuentra cerrado para las economías emergentes habrá que gestionar un equilibrio muy delicado entre más déficit fiscal para paliar los efectos de la crisis sanitaria y el cuidado de la solvencia fiscal de mediano plazo.

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Foto: Donald Trump. Crédito: Drew Angerer/Getty Images/AFP

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