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En la campaña con Gustavo Salle: “Andamos con este viejo loco, somos todos locos”

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Una de las novedades de esta campaña electoral es el Partido Verde Animalista, que lidera el abogado Gustavo Salle, un hombre que construyó un perfil crítico con el Gobierno a base de salidas histriónicas en los medios y de la presentación de numerosas denuncias ante la Justicia.

¿Pero cómo es Salle en modo candidato presidencial? En Perspectiva lo acompañó en una jornada de militancia y reparto de listas para conocerlo.

Producción: Mikaela Antúnez-Maciel

La atracción principal era un candidato a la Presidencia, pero en la tarde de este martes en el comité de la lista 8010 en La Aguada no había más de 20 personas.

Gustavo Salle, abogado, conocido por sus comentarios “ácidos” y su repetitivo uso de la palabra “cleptocorporatocracia”, brindaba uno de sus últimos actos antes de las elecciones nacionales en las que busca ingresar al Parlamento por el Partido Verde Animalista (PVA).

Un comité con un cartel en su entrada, un parlante chico y papeles pegados en su ventana. Lo primero que se ve al entrar es otro cartel con la frase “a luchar valientemente contra la corrupción” destacando la palabra “corrupción” en blanco, azul y rojo. En las paredes, más papeles pegados con cinta aisladora negra y una pequeña lista con los nombres de los representantes del partido en el interior. Se doblaban listas y se las guardaba en cajas que correspondían a cada departamento, pero en realidad no había 19 cajas sino que solamente 12. También se escuchaba a las personas ofrecerse a repartir listas en distintos puntos de la ciudad.

Admiten que hacen lo que pueden con los recursos que tienen. “Andamos con este viejo loco, somos todos locos”, dijo uno de los militantes.

Estaban a la espera de su candidato, Gustavo Salle. Mientras, decidían a dónde repartir las listas que esta vez sí pudieron ser a color, no como las de las elecciones internas, gracias al presupuesto que recibieron tras el logro de 3.000 votos el 30 de junio.

La salida 

La idea inicial del grupo de entusiastas era salir a “volantear” todos juntos porque, según ellos, de esa manera no dan pena. Sin embargo, esa idea les fue arrebatada con la llegada del candidato.

Al principio todo era alegría, abrazos y saludos de parte de Salle para todas las personas que estaban en el comité. Cuando llegó la hora de definir a dónde ir se dificultó: algunos creían que era necesario ir hasta la Costa de Oro pero no querían que se hiciera de noche para llegar a más personas. Por otro lado, estaban los que optaban por parar en los cruces amplios de Montevideo y que su candidato se mostrara más.

Finalmente, se repartieron en autos para recorrer distintos lugares. Se dividieron pilas de listas entre ellos y solamente una bandera para cada auto. Salle se alejó manejando en su vehículo particular junto con algunos simpatizantes, entre ellos Marcelo Hospitale, candidato a diputado por el PVA, conocido públicamente como el “tupita con iPhone”, y entre los militantes como “Hospi”.

El viaje

El grupo se dirigió inicialmente a Ciudad de la Costa. Al comienzo del trayecto, Salle habló de sus seguidores:

“Esta gente está por ideales, principios, porque tienen fe, quieren cambiar el modelo, el sistema político. Luchar contra la corrupción, contra la contaminación del agua”.

El auto no había recorrido más de diez cuadras cuando se detienen en un semáforo y un par de militantes del Partido Nacional se acerca al auto a entregar una lista sin reconocer al candidato del PVA.

El problema de la escasez de presupuesto y de personas resurge cuando Marcelo Hospitale le dijo a Salle que el “gancho” en la campaña es él, que él tiene que repartir listas también, a lo que el diputado le respondió: “Tengo que cuidar, cuidar mi imagen”.

“Yo no puedo estar en la misa y en la procesión, yo no puedo convertirme en repartidor de listas porque no. No puedo estar en las dos cosas”.

La casa de Salle quedaba de camino y le plantearon por qué no se cambiaba. Pero él no quiso: el traje era parte de su identidad.

Ciudad de la Costa

Recorrieron Avenida Giannatassio y vieron a lo lejos al Geant. El candidato decidió detenerse y entrar. Dentro del supermercado, Salle se retrasó para conversar con un promotor de autos que lo confundió con César Vega, su rival del Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI). Luego, se adentró al local y a pesar de tener listas en mano nadie se le acercó. La primera parada resultó ser un fracaso.

Siguieron su recorrido y comentaron sobre la cartelería que cuelgan los partidos con mayor presupuesto. “No hay columna que dejen sin gasto millonario”, comentó.

¿De dónde sale esa plata? ¿Cuánto sale cada cartelito de estos?

Nuevamente, el problema del presupuesto surgió. Dentro del auto comentaron que si no fuera por Salle tendrían incluso menos recursos, porque “para hacer las cosas se necesita plata y eso no tenemos, somos un partido chico y por eso no podemos enloquecernos”.

Pese a sus habituales críticas duras al sistema financiero, Salle aclaró que para poder cubrir los gastos de la campaña tuvo que sacar un préstamo en el Banco República y que aun así no consiguieron cubrir todos los gastos necesarios.

Llegaron entonces a destino. Estacionaron en el Shopping Costa Urbana decididos a repartir listas. Dentro, eran cinco personas caminando juntas con listas en las manos y uno de ellos con una cámara. De repente sonó el teléfono de Salle: una radio del departamento de Rocha buscaba una pequeña entrevista por teléfono con él. Salle aceptó la entrevista y conversó por teléfono en el medio del shopping, mientras la cámara lo filmaba y los otros dos militantes intentaban repartir listas. El hecho de que el candidato estuviera hablando por teléfono hizo que un par de personas lo reconocieran y se acercaran a saludarlo.

Cada vez que uno de los militantes lograba detener a una persona en el shopping para entregarle una lista le pedían que se llevara un par más para repartirlas con sus conocidos.

Por ejemplo, así lo hizo Marcelo Hospitale:

“Te puedo dar a ti y vos le das a tu prima y de repente tu prima puede conseguir a otro. O sino lo que sobre que lo lleve a la mesa de votación de ella, donde están todas las listas y lo apoye porque puede ser que desaparezcan o falten”.

Mientras respondía las preguntas de la entrevista telefónica, una mujer se acercó corriendo a saludar a Salle. Otros simpatizantes también lo felicitarlo.

“Me encanta lo que vos hacés, abriendo los ojos a la gente. Que no te tomen por loco porque todo lo que vos decís es muy cierto”.

Las ganas de seguir recorriendo aumentaron luego de la visita exitosa en el Costa Urbana, y entonces se dirigieron al Portones Shopping.

En el camino, la comitiva hizo una parada en la casa de Salle, en Punta Gorda casi Carrasco. Mientras lo esperaban, los militantes comentaron que el candidato estaba particularmente tranquilo. “No está tirando tantos bolazos”, dijo uno de ellos.

Luego, sí, al Portones Shopping. Pero esta vez no hubo aceptación: nadie se acercó al grupo.

Pero al final de la jornada los simpatizantes se sintieron conformes. Eso es lo que caracteriza al militante del PVA: conoce sus limitaciones pero aun así sigue sin bajar los brazos.

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Foto: Gustavo Salle frente a Torre Ejecutiva. Crédito: Santiago Mazzarovich / adhocFOTOS.

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