La doctora en Sociología, profesora e investigadora critica el proyecto actual de Universidad de la Educación que se está discutiendo en el Parlamento.
EN PERSPECTIVA
Martes 15.05.18, hora 8.32
EMILIANO COTELO (EC) —La creación de la Universidad de la Educación es una de las prioridades del gobierno para este año, según dijo la ministra María Julia Muñoz. Cuesta discrepar con los objetivos de una iniciativa de ese estilo, la reforma pendiente en la enseñanza requiere inevitablemente un salto cualitativo en la formación de los docentes y un trabajo profundo de investigación en las formas de enseñar.
Sin embargo, hay varios ángulos de discusión, por ejemplo: qué grado de autonomía debe tener esa Universidad, cómo debe gobernarse. Ese fue el motivo por el cual fracasó un primer proyecto durante la presidencia de José Mujica; no consiguió la mayoría especial que requiere la creación de este nuevo ente autónomo. Además se han planteado otras discrepancias desde el ámbito académico, en ese sentido, una de las voces más críticas es la de Adriana Marrero. Ella advierte, entre otras cosas, que el nacimiento de una nueva Universidad debería ser un acto de disrupción y que, en cambio, lo que se está proponiendo tiene mucho de continuidad con lo que ya existe.
¿Cuál es su análisis? ¿Cuáles son sus advertencias? ¿Cuáles son sus propuestas? Vamos a conversar con Adriana Marrero, a quien ustedes conocen por su participación en las Mesas de En Perspectiva. Adriana es doctora en Sociología por la Universidad de Salamanca, antes licenciada en Sociología por la Universidad de la República, profesora de Educación Media graduada en el IPA. También es profesora de Teoría Sociológica y Sociología en la Facultad de Ciencias Social de la Udelar, es investigadora nivel 2 del Sistema Nacional de Investigadores.
Parece que cargás con unas cuantas credenciales como para opinar en esta materia.
ADRIANA MARRERO (AM) —Y mucha experiencia, ¿verdad? Una cosa que me interesa es que cuando hablamos de docencia, los profesores, los docentes, las maestras no pienses que los miro como a otros sino que yo misma soy parte de ese cuerpo, yo egresé de esos institutos. Fui docente en Secundaria y fui docente en los institutos de formación docente también, así que los conozco por dentro. Es decir, tiene mucho de autobiográfico y de reflexión sobre la propia biografía.
EC —En este proceso, rumbo a la creación de la Universidad de la Educación, fuiste consultora además.
AM —Fui consultora para el Consejo de Formación en Educación de la ANEP, que justamente estaban interesados en cómo incorporar la investigación en los actuales institutos de formación docente, e inevitablemente surgió la cuestión de la creación de la Universidad porque, justamente, en medio del proceso apareció el proyecto; de alguna manera reapareció el proyecto que había sido previsto por la ley de educación del 2008.
EC —Vamos a una pregunta básica entonces. ¿Desde tu punto de vista es necesaria una Universidad de la Educación?
AM —Sí, definitivamente sí, Emiliano. En estas circunstancias que nosotros tenemos hoy es imprescindible que los docentes que están hoy a cargo de la enseñanza en el país tengan un carácter universitario y tengan una formación del tipo universitario.
EC — ¿Por qué?
AM —Porque, no sé si advertiste, que yo hablo de carácter y de tipo de universitario, no de nivel universitario. Lo que cambia, cuando se habla de lo académico o universitario, son de alguna manera hoy mismo sinónimos -desde el modelo de la Universidad de Humboldt, que abandonó el modelo profesionalista de universidad- implica otro modo de encarar el conocimiento. El conocimiento no es más algo que se obtiene de libros, artículos, sino que uno es el creador del conocimiento, y una Universidad es ante todo una institución que está dedicada a la generación de conocimiento nuevo. Es decir, no puede llamarse universidad a un instituto donde no hay investigación sistemática. Eso no quiere decir que no haya muchas personas inquietas, interesadas, que investigan pero que lo hacen por su cuenta porque están interesadas y no porque la estructura institucional esté preparada para que esa investigación tenga lugar.
EC — ¿Lo que tú decís entonces es que hace falta que en el Uruguay los docentes se formen en un ámbito como ese?
AM —Exacto.
