El rector de la Universidad ORT visitó Corea para conocer el sistema educativo, y coincidió con el encuentro histórico entre los líderes del sur y el norte.
EN PERSPECTIVA
Viernes 11.05.18, hora 8.22
EMILIANO COTELO (EC) —En la entrevista central hemos estado metidos en varios de los debates, sobre todo en la actualidad de nuestro país. Hoy, viernes, justamente llegando a la pausa del fin de semana, les propongo que salgamos para otro lado. Les propongo que cortemos con todo eso y tratemos de mirar hacia adelante y afuera.
Corea del Sur es desde hace décadas una potencia de la electrónica. Con compañías gigantes como Samsung y LG a la cabeza, lidera, junto con otros países, la revolución tecnológica que el mundo entero está atravesando. Paralelamente, se ha convertido también en una potencia en el campo de la cultura popular.
Además de producir en masa teléfonos y cantantes del cada vez más popular género del K-Pop, Corea del Sur está viviendo una modernización educativa. Aprovechando su vínculo con la tecnología, este país asiático se está poniendo a la cabeza del smart learning, o sea, el aprendizaje inteligente.
¿Qué es eso del aprendizaje inteligente? Vamos a conversarlo en los próximos minutos con Jorge Grünberg, rector de la Universidad ORT, doctor en Educación por la Universidad de Oxford.Él viajó recientemente a Corea del Sur como parte de una comitiva de invitados destacados de la educación, que incluía a delegados de 17 países.
¿Cómo te resultó la experiencia de Corea del Sur?
JORGE GRÜNBERG (JG) —Realmente fue fascinante. Era mi primera vez en Asia, y uno ha leído mucho pero nada se compara con estar ahí físicamente. Uno de alguna manera tiene la impresión de que Asia, en este comienzo del siglo XXI -por lo menos la parte de Asia que visité y de los países más dinámicos-, da la impresión de que es la nueva América. Hay aquella sensación que existía según los libros de historia de que América, Sur y Norte, toda América era la tierra de oportunidades y donde existía el mayor dinamismo, vibración y sensación de países en construcción. Esa es la sensación que me llevé de Asia.
De Corea por estar allí, pero además había en nuestra delegación tuvimos amplia oportunidad de conversar con rectores de Vietnam, China e Indonesia. En general, la sensación que da es como si fuera Asia la nueva América.
EC — ¿Hubo un choque cultural durante esa visita?
JG —No realmente. Quizás la puntualidad sí es choque cultural porque realmente todo el mundo estaba en hora, eso fue sensacional desde ese punto de vista. Ahora, por mi parte, esta visita surge por una intención de nuestra Universidad de abrirse al mundo. Nosotros pensamos que Uruguay como un país chico, geográficamente muy aislado, necesita que sus ciudadanos se formen mirando el mundo. Existe un mundo más allá de Avenida Italia y mucho más allá del Río Negro; incluso mucho más allá del Mercosur. Entonces, en ese sentido, hacemos un esfuerzo importante por tratar de acerca el mundo a nuestros estudiantes; queremos que nuestros estudiantes viajen, que se formen y que luego vuelvan y se instalen en Uruguay. Hay muchas oportunidades pero se tienen que formar mirando al mundo. En ese contexto es que abrimos en Uruguay, en nuestra Universidad, el Instituto Rey Sejong.
EC — ¿Qué es eso?
JG —Es un centro de estudios coreanos que se abrió en nuestra Universidad hace un año y medio, y que enseña idioma coreano y da oportunidades de conocer la cultura coreana, como tú dijiste recién el K-Pop. Tenemos ya no solo alumnos universitarios, incluso adolescentes de liceos públicos y privados que toman cursos de coreano porque les interesa la cultura pop coreana. Por supuesto, en la parte más académica buscamos oportunidades para hacer Maestrías y Doctorados en Corea; son muy pocos los alumnos coreanos que quieren venir a Uruguay, pero hay muchas oportunidades para alumnos uruguayos allá.
Cuando estuve ahora en Seúl incluso me encontré con los alumnos nuestros, los alumnos de ORT que están allá: hay tres alumnos uruguayos que están allá y fue una sorpresa para mí encontrarme con ellos, me reuní con ellos, estuve estudiando qué están haciendo con sus tesis, hay uno que está trabajando con Interfases Inteligentes; ¿viste que los teléfonos hablan con voz ahora? Bueno, él está trabajando en un proyecto que tiene que ver con Samsung en el cual, por ejemplo, el cajero automático o el teléfono va a estudiar tu personalidad y te va a hablar con el tono y estilo que tu personalidad mejor va a recibir los comandos de voz. Ese tipo de estudios de frontera, digamos, son los que están llevando adelante en el país.
EC —En seguida vamos a volver a la educación, pero me queda esta duda: ¿Cuándo volviste de Corea del Sur?
JG —Volví el lunes de la semana pasada.
EC — ¿Cuántos días?
JG —Estuve un semana… ¿Tú pensás si coincidí con los presidentes?
EC —Sí, exactamente. ¿La visita coincidió entre los presidentes de Corea del Sur y de Corea del Norte?
JG —Bueno, fue muy emotivo para nosotros, y como los 15 rectores que estábamos allí éramos invitados del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea, nos llevaron a la frontera de Panmunjom, que es el pueblito donde se estaban reuniendo. Por supuesto, no estuvimos ni cerca de los presidentes porque el sistema de seguridad era muy estricto, pero nos pusieron allí en un edificio cercano a donde estaban ocurriendo las cosas.
EC — ¿Anduvieron en ese pueblito en el momento mismo de la Cumbre?
JG —Sí, claro. Estuvimos…
EC —Ah, porque capaz iban el día antes o el día después.
JG —No, exactamente cuando estaba ocurriendo. Debo decir que todas las personas con las que estuvimos lo estaban viviendo como un momento muy emocionante, realmente todo el país estaba tremendamente emocionado con la situación. Hay que entender que es una población que está viviendo casi en un estado de guerra permanente donde hay un arsenal de bombas nucleares que está a una hora de la ciudad capital. Hay mucho nerviosismo y ellos lo veían con mucha emoción. Así que vimos allí al presidente de Corea del Norte atravesando la línea del paralelo 38 -bueno, todos lo vieron-, agarrando la mano del presidente de Corea del Sur. Vivimos un momento muy emotivo.
EC — ¿Cuál fue la impresión que recogieron del hecho que se dio? ¿Queda solo en lo que vimos? ¿Se va a firmar la paz pendiente? ¿La reunificación es factible?
JG —Bueno, yo no soy analista en política internacional pero solo te puedo relatar lo que nos contaron nuestros anfitriones coreanos y tus colegas periodistas políticas en Corea, que se reunieron con nosotros, las autoridades del Ministerio de la Reunificación; existe un enorme Ministerio en Corea que señala la importancia que ellos le brindan a la reunificación. Ellos estudian muy de cerca los casos que ha habido de unificación, especialmente Alemania del Este y del Oeste, Vietnam del Sur y del Norte, Yemen Sur y Norte; ellos estudian esos casos de cerca y lo ven como una aspiración y lo ven como una preocupación. La sociedad coreana, lo que parece es que las generaciones más veteranas aspiran a la unificación pero parece que las generaciones más jóvenes parece que no porque encuentran que va a ser muy costoso y ellos quieren desarrollarse. Inclusive, no sé si tú recordás en los Juegos Olímpicos en Invierno se unificó simbólicamente el equipo de hockey sobre hielo, y las autoridades de Corea del Sur lo vieron como un gran símbolo político y sin embargo uno hablaba con los estudiantes universitarios o profesores jóvenes te decían: "En realidad es injusto porque lo atletas de Corea del Sur tuvieron que dejar su lugar después de entrenarse por años", o sea que hay una gran ambivalencia.
Nos llevaron a un museo en Panmunjom, hay un museo que muestra las familias que están separadas en Corea del Sur y Corea del Norte, que es muy doloroso para ellos. En ese museo te muestran que cada diez años hay gesto de este tipo de Corea del Norte: hubo uno en la década del 80, hubo uno en la década del 90 y otro ahora. Entonces ellos dicen que, históricamente, dos años después de cada acercamiento hubo un enfrentamiento bélico. Por eso hay determinado escepticismo, la sociedad coreana lo está siguiendo muy de cerca, pero la idea que nos transmitieron fue que ninguna oportunidad se puede desaprovechar: si el presidente de Corea del Norte y su gobierno se acercan, hay que recibirlos, pero nadie piensa que esto se va a resolver.
EC —Pero dejando de lado estos hechos que tienen que ver con la política y la geopolítica, y nada menos que el destino de la península de Corea, si te parece ahora vamos con los temas vinculados a la educación.