La abogada y exintegrante del Frente Sandinista de Liberación Nacional habló sobre el presente turbulento de Nicaragua.
EN PERSPECTIVA
Viernes 27.04.2018, hora 8.22
EMILIANO COTELO (EC) —Al menos 34 personas murieron en Nicaragua en los últimos días en manifestaciones contra el gobierno de Daniel Ortega, que ya lleva 11 años en su segunda presidencia.
La capital, Managua, y otras ciudades fueron escenario de fuertes protestas contra un anuncio hecho el 16 de abril: la reforma del sistema previsional. Pero el descontento popular va más allá de esa reforma, que fue anulada días después por el gobierno cuando constató que el malestar crecía y que la situación se le estaba escapando de las manos.
Estudiantes universitarios tomaron las calles en Nicaragua desde el 18 de abril poniendo en entredicho el control de la movilización popular que históricamente han tenido Ortega, de 72 años, su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, de 66 años, y su Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que, pese a su nombre, está lejos de aquella fuerza revolucionaria que en 1979 derrocó a la dictadura de los Somoza.
¿Qué es lo que está ocurriendo? Una fuerte tensión social cubre el país, donde estallan acusaciones de corrupción, nepotismo, mala gestión.
Para acercarnos a esa realidad y tratar de entenderla, estamos con Martha Zeledón, exintegrante del Frente Sandinista de Liberación Nacional, exguerrillera.
MARTHA ZELEDÓN (MZ) —Una aclaración: tuve participación en el proceso revolucionario desde la época de los 70 en los movimientos estudiantiles y posteriormente en el proceso revolucionario de la década de los 80, pero no me considero una guerrillera porque acá guerrillera es la gente que combatió pero que se fue a la clandestinidad con las armas en la mano. Y si bien es cierto que tuve una alta participación política en los diferentes momentos y también político-militar en la década de los 80, guerrillero aquí es algo muy respetado para mujeres y hombres que tomaron las armas para derrocar a la dictadura somocista.
EC —Queda hecha la puntualización. Usted nos está atendiendo en Managua, capital de Nicaragua, con tres horas menos, así que un reconocimiento especial por el madrugón. ¿Se levantan tan temprano los nicaragüenses?
MZ —Por el sol y el calorcito nos levantamos tan temprano, pero en esta ocasión el día fue muy madrugador para brindar la entrevista. Normalmente las jornadas de trabajo empiezan a las 8 de la mañana y la gente generalmente madruga.
EC —¿Cómo cierra la semana después de las protestas de los últimos días? ¿Cuál es el clima en las calles hoy, cómo era anoche?
MZ —Después de las propuestas que ha habido en este último día ha habido una evolución intensa también de las decisiones políticas, de la respuesta de la población. Podríamos decir que ahora se está empezando a normalizar la integración de la población a las actividades económicas de servicio del país. Las actividades de las universidades aún no son tan normales, hay universidades que de repente suspenden los horarios nocturnos. Hay un proceso de apertura en este momento, hay un proceso de comunicación un poco virtual, todavía se siente que los actores importantes en este proceso están dialogando desde el arco, todavía no se siente que estén hablando de cerca y con la verdad.
EC —En los informes de prensa se habla de 34 muertos en las manifestaciones, 430 heridos, más de 200 arrestados o desaparecidos, algunos de ellos ya liberados. ¿Se puede sostener que este ha sido el estallido social más importante de los últimos años y que a su vez la represión fue la más encarnizada?
MZ —Podríamos decir que las protestas contra el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) por las reducciones de las pensiones para los jubilados, que van combinadas con otras medidas como reducción de los subsidios al consumo de energía, el aumento del aporte de la patronal de la pequeña y mediana empresa, fueron el detonante que explotó en este momento, la válvula de escape del silencio que la población había mantenido por muchos años.
EC —Pero ¿efectivamente habían existido protestas de este volumen, de este tamaño en los antecedentes cercanos?
MZ —En ninguno de los gobiernos anteriores neoliberales había existido protestas de esta magnitud, con esta cantidad de muertes, de desaparecidos y de heridos, que aún no se terminan de contar. Organizaciones de derechos humanos y organizaciones de la sociedad civil y de la población siguen denunciando y siguen apareciendo muertos. Esto es lo más grave, porque ni la suma de todas las protestas estudiantiles por el 6 %, por lo que haya sido, antes y después, había llegado en una semana, en cinco días, a la cantidad de muertos, de desaparecidos que aún siguen contándose, todavía no se tienen cifras finales. Esas cifras son las verificadas, pero aún siguen contándose desaparecidos, presos, todavía siguen apareciendo muertos. Hay una demanda de la población de que aparezca la verdad. Antes se apuntaba a la población en el marco de una dictadura somocista, tenemos la imagen y la memoria histórica de un soldado apuntando hacia la población, y esto nos trae el recuerdo de una dictadura, porque la Guardia Nacional era el brazo de la dictadura somocista.