Entrevista con el doctor Jorge Díaz, fiscal de Corte.
EN PERSPECTIVA
Lunes 12.03.2018, hora 8.22
EMILIANO COTELO (EC) —¿Cuántos podían decir hace pocos años que conocían el funcionamiento del proceso penal? Pocos, seguramente. Pero con la reforma que comenzó a implementarse a fines del año pasado, el Código del Proceso Penal (CPP) se ha hecho un tema habitual en la prensa y también en las conversaciones de la gente. Para bien y para mal.
El responsable máximo de la reforma es el fiscal de Corte, Jorge Díaz, quien se ha llevado más de un elogio por la actualización de un sistema que estaba obsoleto. Pero también le ha tocado enfrentar un vendaval de críticas cuando la transición, parece, no está corriendo con la suavidad necesaria.
Problemas de comunicación con la Policía, críticas dentro de la propia Fiscalía General de la Nación, una asamblea de fiscales en la que se llegó a discutir medidas de protesta y hasta de repudio al doctor Díaz. Y esa es solo una lista incompleta.
Para charlar de estos temas, estamos con el fiscal de Corte, Jorge Díaz.
JORGE DÍAZ (JD) —Quiero aprovechar felicitando a la doctora Adriana Sampayo, fiscal letrada departamental de Mercedes, porque ella y su familia integran desde hace muchísimos años el Fogón de Curtina, de la Patria Gaucha. Quiero trasmitirle al aire mis felicitaciones por el triunfo obtenido, que además es repetición de años anteriores.
EC —¿Usted mismo ha estado en la Fiesta de la Patria Gaucha? ¿Cómo se lleva con esa festividad?
JD —En alguna oportunidad he estado, y con esa festividad me llevo bien porque soy oriundo de Fraile Muerto, departamento de Cerro Largo, y mi infancia y mi adolescencia estuvieron directamente vinculadas al agro.
EC —¡Qué cambio!, ¿no?
JD —Son caminos que hay que ir recorriendo.
EC —Porque ahora su vida transcurre en escritorio, parecería.
JD —Sí, en parte sí, pero mire que he recorrido el país en más de una oportunidad en estos cinco años y medio –en abril van a hacer seis años que estoy como fiscal de Corte–, he recorrido todo el país al menos dos veces al año visitando todas y cada una de las sedes fiscales y cada uno de aquellos lugares, capitales departamentales o no, donde hay fiscalías, entrevistándome con jefes de Policía, con fiscales, colegios de Abogados, jueces. Y lo sigo haciendo permanentemente, con prensa y sin prensa.
EC —Vengamos a esto de las últimas semanas. Usted fue quedando en medio de una especie de tormenta perfecta. Empecemos por las descoordinaciones y acusaciones cruzadas que ocurrieron entre fiscales, el Poder Judicial y la Policía o el Ministerio del Interior. ¿Qué pasa? ¿Está dando más trabajo de lo que se esperaba la introducción del nuevo CPP?
JD —Usted no me escuchó a mí en todo este período emitir ninguna opinión sobre ninguno de los temas puntuales sobre los que se ha estado discutiendo. Ante cada episodio, de los cuales hay mucho ruido en la prensa, hemos tratado en primer lugar de saber qué fue lo que efectivamente pasó –porque muchas veces lo que se dice en la prensa no es lo que en realidad pasa–, ver si existe efectivamente un problema y si existe hemos tratado de corregirlo. Una de las grandes ventajas que tiene el sistema acusatorio es que es absolutamente transparente.
EC —¿En qué sentido?
JD —En que hoy todo se sabe. Pasamos de un sistema escrito y opaco, en el que todo se hacía en reserva, a un sistema en el que todo se sabe, todo se ve y todo queda registrado. Hoy en día hay un sistema de gestión de seguridad pública en el que se asienta y eso tiene trazabilidad y es posible auditar qué fue lo que se anotó. Hay un sistema de información en la Fiscalía, el Cipau, y hay un sistema de información en el Poder Judicial. Entonces ahora no podemos discutir si llegué 8.14, 8.05, 8.30, si la audiencia se solicitó a las 15.05… Queda todo registrado, absolutamente todo.