Entrevista con el Dr. Pablo Ríos, presidente de la Sociedad Uruguaya de Nefrología.
EN PERSPECTIVA
Martes 27.02.2018, hora 8.38
EMILIANO COTELO (EC) —En Venezuela faltan medicamentos para los pacientes con problemas renales y no todos acceden a los tratamientos de diálisis cuando los necesitan. Esta es una realidad que despertó la preocupación de la Sociedad Uruguaya de Nefrología (SUN), que en un comunicado alertó sobre lo que está ocurriendo en esta materia.
La Sociedad Uruguaya de Nefrología (SUN) ve con enorme preocupación la situación sanitaria que viven pacientes con enfermedad renal en Venezuela, que de acuerdo con la información aportada por la Sociedad Venezolana de Nefrología a través de Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión (SLANH), existe importante dificultad en el acceso a la medicación para más de 5.000 pacientes con trasplante renal y en el acceso a tratamiento de diálisis para más de 15.000 pacientes.
La falta de medicación lleva un riesgo de pérdida del riñón trasplantado en un breve lapso y la falta de diálisis a un riesgo vital inmediato. Esta situación es un grave retroceso sanitario para la población, que está costando vidas y que requiere los máximos e inmediatos esfuerzos para su solución.
La SUN sostiene que el acceso a la salud es un derecho inalienable del ser humano y exhorta a las autoridades venezolanas a realizar todos los esfuerzos para garantizar las terapias de sustitución de la función renal para todos sus pacientes.
Asimismo se solidariza con la Sociedad Venezolana de Nefrología y la Organización Nacional de Trasplante de Venezuela en su afán de buscar rápidas soluciones para los mismos. Apoya la solicitud de SLANH de crear las condiciones que permitan la ayuda sanitaria internacional para los pacientes mientras se obtiene una solución definitiva.
Estamos con el doctor Pablo Ríos, presidente de la SUN.
Lo llamamos porque llama la atención, sorprende, no es habitual un comunicado de una institución que agrupa a los especialistas de una rama de la medicina en torno a la situación de otro país. Por lo menos no lo hemos visto últimamente. En concreto, ¿por qué ustedes se vieron obligados, por qué sintieron la necesidad de sacar este pronunciamiento?
PABLO RÍOS (PR) —La Sociedad Venezolana de Nefrología, como dice el comunicado, ha denunciado, frente a la Sociedad Latinoamericana de Nefrología (SLANH), la falta de algunos medicamentos para trasplantes y algunos insumos para diálisis. Los nefrólogos que trabajamos directamente con este tipo de pacientes sabemos los riesgos que determinan estas situaciones, sobre todo el riesgo del implante renal en un breve lapso o el riesgo vital cuando no se accede a la diálisis. El tema es que en situaciones de dificultades económicas muchas veces se resienten estos insumos. Pasó acá también hace muchos años, en el año 2002, durante la crisis, porque son tratamientos sumamente costosos. Mantener un paciente en diálisis sale aproximadamente US$ 20.000 por año, y trasplantar un paciente sale entre US$ 50.000 y US$ 60.000. Por eso muchas veces son las primeras cosas que se resienten y nosotros los nefrólogos estamos muy atentos a este tipo de situaciones porque sabemos lo costosa, sobre todo en vidas, que puede resultar esta situación.
Cabe destacar también que Venezuela no es el único país de América Latina cuya población tiene dificultades para el acceso a la diálisis y al trasplante. Hay una cantidad de otros países, sobre todo los países más pobres de América Latina, sobre todo de América Central, que tienen muchas dificultades en el acceso. En esos países el acceso no es universal y muchas veces depende de la posibilidad de las personas de costeárselo. Por suerte acá en el Uruguay desde hace varias décadas que tenemos un acceso universal a la diálisis y al trasplante a través del Fondo Nacional de Recursos, que hace toda la población pueda acceder a este tipo de tratamientos que son sumamente costosos.
EC —Usted decía que otros países latinoamericanos presentan dificultades iguales o peores que las que está atravesando en esta materia Venezuela. Si entiendo bien, la diferencia está en que en Venezuela estamos ante un retroceso.
PR —Exacto, esa es la diferencia. Hemos recibido imágenes de grupos de pacientes que solicitan estos tratamientos a través de los medios de comunicación, y eso nos preocupa y alerta sobre todo, y sensibiliza mucho a la población, en particular a los nefrólogos.