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Nuevos cambios en régimen de promoción de inversiones: ¿En qué consisten y qué incidencia tendrán?

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El pasado viernes, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, junto con el subsecretario de esa cartera, Pablo Ferreri y el director de la Asesoría Macroeconómica, Christian Daude, anunciaron en conferencia de prensa una serie de medidas que, según propias palabras del Ministro, apuntan a “potenciar el clima de inversión” y recuperar “mayores niveles de empleo”.

Emiliano Cotelo (EC): ¿En qué consisten y como se analizan las medidas anunciadas? Lo vamos a conversar con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.

Romina Andrioli (RA): Pablo, para empezar, quizás valga la pena poner un poco en contexto estos anuncios… El viernes el Ministro explicaba en la conferencia de prensa, que la inversión no está teniendo un comportamiento satisfactorio y que con las medidas presentadas se procuraba recuperar este “motor de crecimiento”… ¿Cómo viene siendo la evolución de la inversión en estos últimos años?

Pablo Rosselli (PR) – La inversión está teniendo efectivamente un mal desempeño, incluso cuando la actividad económica está retomando mejores tasas de crecimiento desde mediados del año pasado… Concretamente, la inversión bruta fija cayó más de 16% desde 2014 y, de esa manera, pasamos de una inversión de más de 23% del PBI en 2012 a una de 18,5% del PBI en los doce meses a setiembre de 2017… Estamos con los menores niveles de inversión en una década.

RA – Pablo, en la conferencia el Ministro marcó también que la tasa de desempleo actual no es “desmesuradamente alta” pero que el gobierno pretende que baje y destacó a su vez que “el nivel cuantitativo del empleo tiene que mejorar en el país”. ¿Cómo analizan ustedes la situación actual del mercado de trabajo?

PR – Varias veces comentamos en este espacio que la evolución del mercado de trabajo viene siendo particularmente decepcionante en los últimos años. El empleo comenzó a caer en 2014, cuando la economía ingresó en una fase de estancamiento, pero ha seguido bajando también en el último año en que la economía recuperó el crecimiento. La semana pasada comentábamos que desde 2014 a esta parte se han perdido unos 37.000 puestos de trabajo en la economía y marcábamos además que, si nos propusiéramos bajar la tasa de desempleo hacia niveles más cercanos al 5% (que es una tasa más razonable a nivel internacional) y contempláramos el retorno al mercado de trabajo de los que se fueron desalentados en los últimos años, tendríamos que pensar en una creación de unos 90.000 empleos aproximadamente… Estos números a nuestro juicio hablan a las claras de la magnitud de los desafíos que enfrenta nuestro país en lo que hace a la necesaria generación de nuevos puestos de trabajo en los próximos años.

RA – En este contexto entonces, repasemos las principales medidas anunciadas ayer… ¿Por dónde te parece empezar?

PR – A ver… Lo central de los anuncios realizados ayer pasa por una serie de cambios que se introducirán en el decreto que reglamenta el régimen actual de promoción de inversiones.

En primer lugar, se cambiará la matriz de evaluación de los proyectos de inversión… Esa matriz asigna puntos a los proyectos en función de sus características y en función de los puntos se asigna el beneficio fiscal. Los cambios propuestos tienen el objetivo de que los proyectos con más capacidad de derrame en la economía obtengan mayores beneficios. Y para eso se plantean cambios en la forma en que se computará el indicador de empleo y los indicadores de Investigación, desarrollo e innovación y Producción más limpia.

RA – Comencemos por eso, entonces, ¿cuáles son concretamente los cambios anunciados en esos indicadores?

PR – Concretamente, a nivel del indicador de empleo, por un lado, se aumenta el peso que tiene ese indicador en la matriz y, por otro lado, se simplifica la manera en que se computa, de forma de que cuente de la misma manera la contratación de trabajadores independientemente de su calificación… Hay que recordar, Romina, que en 2012 se habían anunciado una serie de cambios en el régimen original, que entre otras cosas apuntaban a alentar la creación de empleos de más calidad o calificación. En ese momento el diagnóstico era que no había un problema en torno a la “cantidad” de empleo (de hecho, estábamos con los mayores niveles de empleo de la historia) y que, por tanto, el objetivo principal pasaba a ser mejorar la calidad del empleo… Con los cambios anunciados ahora se está volviendo para atrás en este aspecto, privilegiando nuevamente la creación de puestos de trabajo de todo tipo de calificación… la preocupación es nuevamente mejorar el nivel o la cantidad de empleo en la economía.

Mientras tanto, en relación a los indicadores de Investigación, Desarrollo e innovación y Producción más limpia, que mencionaba antes, se anunció que ambos comenzarán a computarse de forma separada y que los proyectos de inversión que los combinen podrán juntar más puntos, es decir, obtener mayores exoneraciones. El objetivo es promover los proyectos más innovadores y amigables con el medio ambiente.

RA – ¿Qué otros cambios se anunciaron en lo que hace al régimen de promoción de inversiones, Pablo?

PR –  También se anunció un par de medidas para facilitar el uso efectivo de los beneficios. Se habilitará la posibilidad de suspender el plazo de uso de los beneficios obtenidos (lo que equivale a que algunas empresas podrán tener más tiempo para usar los beneficios) y se aumentará el porcentaje de IRAE que pueden exonerar las empresas nuevas, desde el 60% actual a un 80%.

Y, por otro lado, se presentaron una serie de beneficios adicionales, para los proyectos que se presenten este año o en los próximos doce meses más específicamente… Concretamente, las inversiones que se presenten entre marzo de este año y febrero de 2019 se computarán por el 120% a los efectos de calcular el porcentaje de exoneración de IRAE que se les otorgará y además se incrementa en un 10% el porcentaje de exoneración si se ejecuta al menos el 75% del proyecto antes de diciembre de 2019.

Además, se extenderá hasta diciembre de 2018 los beneficios implementados en 2016 para las construcciones de “gran dimensión económica”.

Con estas medidas se busca adelantar las decisiones y la ejecución de las inversiones.

RA – Pablo, dentro de lo que son los cambios anunciados en el decreto reglamentario, se presentaron también una serie de medidas de apoyo específico para empresas pequeñas, ¿verdad?

PR – Sí. Allí hay otro conjunto de medidas. En primer lugar, se aumentará de 10% a 20% el beneficio adicional de exoneración que tienen los proyectos presentados por micro y pequeñas empresas y, en segundo lugar, se mejorarán los beneficios automáticos que ya tienen este tipo de firmas para el cómputo de la renta exonerada.

RA – Hecho este repaso de los principales cambios presentados, ¿cómo vieron en Deloitte esta serie de anuncios? ¿Qué impactos cabe esperar de estas medidas?

PR – En Deloitte compartimos la preocupación del gobierno por alentar mayores niveles de inversión y de empleo. Cómo marcábamos al inicio, si bien estamos viendo una clara reactivación económica desde mediados del año pasado, la inversión ha seguido cayendo y la reactivación tampoco ha supuesto una mayor creación de empleos… Si queremos mantener un crecimiento saludable y sostenible en los próximos años tenemos que recuperar mayores niveles de inversión. Y si queremos avanzar en la reducción de la pobreza y la desigualdad social es clave ver mejoras sustantivas en el mercado de trabajo. En ese sentido, las medidas anunciadas parecen una buena señal por parte del gobierno.

Ahora, más allá de compartir los objetivos y de compartir también la iniciativa presentada, debemos tener expectativas realistas sobre los impactos que este tipo de medidas pueden tener.

RA – ¿Por qué decís eso, Pablo?

PR – Porque en última instancia los beneficios que se otorgan son exoneraciones en el pago de IRAE (de impuesto a la renta empresarial) y hoy la restricción fundamental a la inversión a nuestro juicio es que no hay rentabilidad… La rentabilidad en las empresas está sufriendo los impactos de una combinación de factores, que incluyen un dólar excesivamente bajo para los sectores expuestos a la competencia internacional, salarios que han aumentado por encima de la productividad, costos de construir en niveles récord y diversas restricciones en la gestión de los recursos humanos de las empresas (por la categorización anticuada de los laudos salariales o por conflictos sindicales)… Y en particular, a nivel de los sectores agroexportadores, tuvimos una caída fuerte de precios de exportación en 2014 que no fue acompañada de una reducción comparable de costos… Entonces la rentabilidad se vio muy afectada y con eso cayó fuertemente la inversión.

Yendo a un comentario más general, varias veces comentamos en el programa que las empresas que responden la Encuesta de Expectativas Empresariales que hacemos cada 6 meses en Deloitte afirman de un modo muy mayoritario que el clima de inversión en el país es regular.

Entonces, si no vemos cambios en ese contexto económico más general, tendemos a pensar que este tipo de estímulos a la inversión y el empleo pueden ayudar en algunos casos, pero difícilmente tengan un impacto muy importante en los grandes números.