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Entrevista central, viernes 3 de noviembre: Joaquín Oxandabarat y Nicolás Silvera

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Entrevista con los estudiantes de ingeniería Joaquín Oxandabarat (Udelar) y Nicolás Silvera (UM), integrantes del equipo ganador del Rally Latinoamericano de Innovación.

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EN PERSPECTIVA
Viernes 03.11.2017, hora 08.28

Video de la entrevista

EMILIANO COTELO (EC) —¿Puede una “botella inteligente” ayudar a prevenir enfermedades contraídas al consumir agua contaminada?

Ese es el objetivo de Bottle Life, un proyecto diseñado por nueve estudiantes universitarios uruguayos que ganó el primer premio en el Área de Impacto Social del Rally Latinoamericano de Innovación, que se desarrolló el viernes y el sábado de la semana pasada en el LATU.

La propuesta consiste en la producción en masa de una botella capaz de detectar agua contaminada para consumo humano para direccionar los esfuerzos institucionales que buscan prevenir enfermedades.

¿Cómo fue el desarrollo de esta idea? ¿Qué posibilidades de crecimiento tiene?

Vamos a conversarlo con dos de los integrantes del equipo, Joaquín Oxandabarat, que tiene 19 años, es estudiante de segundo año de Ingeniería de Sistemas en la Universidad de la República (Udelar), y Nicolás Silvera, de 22 años, alumno de cuarto año de Ingeniería Industrial en la Universidad de Montevideo (UM).

Para empezar vale la pena ubicar qué es el Rally Latinoamericano de Innovación. Se parece a una hackathon, que es otro término que está de moda.

JOAQUÍN OXANDABARAT (JO) —Sí, el término más usado actualmente es sham, que se usa también en otros temas. Es eso de desarrollar una idea en un tiempo limitado y tenerla más o menos en producción ahí.

EC —Según la información de la web, es una competencia internacional por equipos que tiene como propósito fomentar la innovación abierta en las facultades y escuelas de ingeniería de América Latina. Se desarrolla durante 28 horas consecutivas y en simultáneo en todas las sedes de los países participantes. Se realizó en Nicaragua, El Salvador, México, Argentina, Ecuador y Uruguay.

JO —Eso mismo.

EC —¿Cómo participaron ustedes acá en Uruguay, en la base Uruguay?, ¿de qué manera se recababa a los voluntarios, a los interesados?

NICOLÁS SILVERA (NS) —En la UM hay muchas plataformas […] que avisan a los alumnos de competencias de innovación o charlas. En una charla conocí a varios de los compañeros con los que formamos grupo, les comenté que había un Rally de Innovación, nos dimos los números de WhatsApp con algunos que no nos conocíamos y quedamos a la espera. Cuando se acercó el día de la competencia, faltaba un día nomás, empecé a llamar a todos, llamé a Joaquín, llamé a todos los compañeros de facultad que podía, traté de hacer un equipo que se complementara entre economía e ingeniería, así fue que conformé el equipo. Éramos 10, que era el número máximo, se bajó uno, y al final fuimos nueve. Fue una gran experiencia de trabajo en equipo.

EC —Los equipos no tenían que ser de una única institución.

JO —No, en realidad se podía anotar cualquiera. En mi caso, él me avisó. También en la Facultad de Ingeniería existen carteleras donde se puede informar acerca de las oportunidades, aunque en este caso él fue el que me avisó y no dudé, tenía que aprovechar la oportunidad, andá a saber qué nos depara más adelante.

EC —Era un grupo interdisciplinario y de edades variadas, pero con un promedio de 22.

NS —Sí. Yo soy no el más grande pero de los más grandes, hay uno de 25 años, después dos de 23, uno de 22, dos de 20 y él de 19.

JO —El más chiquito. Capaz que no suena así…

EC —¿Cuántos grupos terminaron participando acá en Uruguay?

JO —Inicialmente iba a haber dos sedes, una en Montevideo y una en Salto, pero terminó siendo solo la de Montevideo y éramos seis equipos y 50 integrantes.

EC —Ustedes competían con los otros equipos uruguayos y también con los de los otros países donde se estaba haciendo el rally.

NS —Se competía primero a nivel nacional y entre los ganadores de niveles nacionales se competía a nivel latinoamericano. Según me dijeron, fueron más de 4.000 estudiantes en 95 sedes. Acá en Uruguay teníamos solo Montevideo y el resto eran 94 sedes en toda América Latina.

EC —Y ustedes eligieron uno de los desafíos, que era “Cómo utilizar el internet de las cosas (IoT) para mejorar la calidad de vida de los niños en todo el planeta”.

NS —En todo el planeta, ambicioso era.

EC —Un desafío que a su vez venía de Canadá, de la Escuela Superior de Tecnología de Montreal.

NS —Claro.

EC —¿Ya sabían cuál era el tema, lo conocían de antemano?

NS —No, todos nos enteramos de los temas dentro de las 28 horas, para que nadie venga con algo ya preparado, tiene que surgir todo en ese momento.

JO —La idea es hacer toda la investigación ahí, todo el proceso de crear un proyecto, presentar, todo.

EC —¡Cuánto nervio, ¿no?, cuando larga el reloj!

JO —Sí.