A. Económico

Situación del sector lácteo ante amenaza de Brasil de cuotificar exportaciones uruguayas

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La semana pasada se supo que el Gobierno de Brasil está considerando establecer cuotas a las exportaciones uruguayas de productos lácteos a ese país.

Emiliano Cotelo (EC): Lógicamente, esa posibilidad tiene en alerta a todos los operadores del sector y el ministro de Agricultura, Tabaré Aguerre, ya señaló que Uruguay se opone a semejante alternativa y que la misma sería contraria a las leyes del Mercosur.

En ese contexto, nos pareció oportuno dedicar nuestro espacio de análisis económico de hoy al sector lácteo. ¿Cuánto produce el sector? ¿Cuán importante es el mercado brasileño? ¿Cómo hay que analizar esta amenaza? En seguida, el diálogo es con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.

Romina Andrioli (RA): Para comenzar, Pablo, sería bueno situar un poco a los oyentes en el contexto viendo algunas cifras claves del sector… Por ejemplo, ¿a cuánto asciende la producción del sector lácteo?

PABLO ROSSELLI (PR): La producción lechera ocupa en el país unas 800.000 hectáreas, según los datos que publica anualmente el MGAP… Esa superficie representa aproximadamente un 5 % del total del área agropecuaria pero la producción a su vez está bastante concentrada en el sur del Río Negro, en la zona centro y litoral del país.

En esa superficie Uruguay produce aproximadamente unos 1.800 millones de litros por año… Si uno mira la evolución del sector a largo plazo, en los últimos 10 o 20 años la producción de leche ha presentado una fuerte tendencia alcista, con un crecimiento promedio anual de 3 % en los últimos 20 años… Podemos decir que el sector lácteo crece a un ritmo similar al PIB del país…

Se trata de un sector muy competitivo a nivel internacional, a pesar de que en los últimos dos años ha sentido el impacto de la caída de los precios internacionales de los lácteos.

RA: – ¿Cómo fue el desempeño más reciente del sector?

PR: – La producción del sector alcanzó un máximo histórico en 2013. En ese momento, los precios internacionales de la leche en polvo y de los quesos estaban en torno a US$ 4.600 y US$ 4.300 por tonelada respectivamente (en la medición promedio anual)…

Los precios cayeron alrededor de 50 % hasta comienzos de 2016… Eso derivó en menores precios al productor, lo cual a su vez provocó una caída de la producción nacional de leche de más de 10 %… En los últimos meses, sin embargo, los precios internacionales de los lácteos mejoraron, eso se está trasladando al precio al productor y ya estamos viendo un aumento de la producción de leche frente a los valores de hace un año… Quiere decir, Romina, que el sector se está recuperando del shock externo negativo.

RA: – Decías que se producen anualmente unos 1.800 millones de litros… En Uruguay somos 3,5 millones de habitantes… ¿Cuánto de esa producción la consumimos nosotros y cuánto termina siendo exportada?

PR: – La mayor parte de la producción de leche termina en exportaciones, de una gran cantidad de productos como leche en polvo, quesos, mantecas, sueros, caseínas y leche fluida…

Si tenemos en cuenta la cantidad de leche fluida que se requiere para producir cada uno de esos productos y considerando cifras de INALE, las exportaciones representan más del 70 % de la producción nacional…

La industria láctea es, por lo tanto, fuertemente exportadora… Por más que las empresas también venden en el mercado interno y suelen valorizar mejor la leche en el mercado local, sobre todo empresas como Conaprole, que tiene una marca muy fuerte, es clave para toda la industria el acceso a los mercados externos.

RA: – ¿Y a cuánto llegan las exportaciones si las medimos en dólares?

PR: – Cuando teníamos precios internacionales récord, en 2013, nuestras exportaciones de lácteos totalizaron unos US$ 870 millones… En 2016 habían bajado a US$ 560 millones, pero este año probablemente veamos una ligera recuperación, que debería consolidarse en 2018.

RA: – ¿Cuán importante es el mercado brasileño, que tenemos ahora bajo esta amenaza de cuotificaciones?

PR: – Actualmente el mercado brasileño representa una parte sustantiva de nuestras exportaciones… Hasta hace unos años, la industria uruguaya estaba fuertemente expuesta en el mercado de Venezuela… En 2013 y 2014, Venezuela representaba más de un 30 % de las exportaciones de productos lácteos…

Con la crisis en Venezuela, Brasil se transformó en el principal mercado para Uruguay… con exportaciones de US$ 340 millones en 2016… La industria láctea accede a otros mercados como México, Rusia y Argelia, pero Brasil es clave… representa más de 60 % del total de las exportaciones actualmente.

RA: – ¿Cómo están analizando este planteo de Brasil? ¿Cuán importante es en el mercado brasileño la producción que exporta nuestro país?

PR: – Brasil es un país enorme… con más de 200 millones de habitantes… es prácticamente un país autosuficiente en producción de leche… produce anualmente unos 23.000 millones de litros… Toda nuestra producción representa menos del 10 % de la producción brasileña… y nuestras exportaciones a Brasil no superan el 3 %-4 % del total de su producción.

Visto así es evidente que Uruguay no puede hacer un daño significativo… Tampoco se puede sostener que Uruguay realice una competencia en modo alguno desleal… Uruguay es muy competitivo en la producción de leche.

De todos modos, históricamente los productores del sur de Brasil hacen reclamos al Gobierno para que frene las exportaciones uruguayas… porque por temas de distancia es justamente en el sur de Brasil donde se observa más el efecto de la presencia uruguaya.

RA: – ¿Qué efectos podría tener una eventual reducción de nuestras colocaciones de lácteos en Brasil, si llegado el caso el Gobierno brasileño termina estableciendo cuotas…

PR: – Sin dudas sería muy malo para el sector… Aunque razonablemente la industria lograría gradualmente redireccionar la producción a otros mercados… habría igual efectos negativos.

Por un lado, Uruguay accede al mercado brasileño con una protección importante que está determinada por el arancel que Brasil le pone a las importaciones desde fuera del Mercosur, que es de 28 %… Eso implica que los precios de exportación a Brasil son más altos que los precios a otros mercados… Por lo tanto, redirigirse a otros mercados vendría de la mano de una caída de los precios de exportación y presumiblemente de un ajuste a la baja de los precios al productor.

En segundo lugar, no todas las empresas lácteas de Uruguay se encuentran en iguales condiciones para enfrentar limitaciones de acceso al mercado brasileño… Conaprole tiene una capacidad industrial muy grande y diversa… Eso le permite cambiar el mix de productos para atender las demandas de cada mercado… Otras empresas más chicas, cuentan con una capacidad mucho más acotada a unos pocos productos… Esas empresas pueden tener más dificultades para redireccionar sus ventas.

RA: – A partir de esta situación, Pablo, ¿qué perspectivas están viendo? ¿Terminará Brasil imponiendo restricciones? ¿Qué es mejor, negociar alguna restricción moderada o arriesgarnos a que Brasil termine actuando unilaterlamente?

PR: – Son buenas preguntas, Romina…

Es muy difícil anticipar lo que finalmente hará el Gobierno brasileño… Imponer cuotas unilateralmente sería una violación enorme del tratado del Mercosur.

Por otro lado, a nuestro juicio, Uruguay debería oponerse a la fijación de cuotas de las importaciones… El establecimiento de cuotas va contra la esencia misma del acuerdo de libre comercio y tiene consecuencias negativas para Uruguay más allá del caso puntual…

RA: – ¿A qué te referís, Pablo?

PR: – A lo siguiente… El objetivo último del Mercosur era promover la integración económica, con libre circulación de bienes, de personas y de capital… Y que las empresas se beneficiaran de un mercado único más grande.

Cada vez que se establecen limitaciones al libre comercio, se reducen los incentivos a invertir en los países pequeños… cada vez tiene menos sentido establecer una operación en un país chico como Uruguay para desde acá abastecer a los países del Mercosur… Por eso, nos parece que Uruguay no debería negociar un acuerdo sobre este punto… aunque por cierto, esa decisión tiene también sus riesgos.

RA: – Para terminar, Pablo, hubo quienes se preguntaron si ese escenario de cuotas a las exportaciones uruguayas de lácteos no tiene algo que ver con el aumento de la tasa consular que está planteando nuestro país… ¿Cómo lo ven ustedes?

PR: – Difícil saberlo… Hasta ahora, parecería que formalmente al menos las dos cosas no están relacionadas… A su vez, y como decía antes, este reclamo de cuotas por parte de productores brasileños no es nuevo… Lo que en todo caso es nuevo es que tenemos otro Gobierno en Brasil…

Dicho eso, también es cierto que el aumento de la tasa consular es un incumplimiento de nuestra parte… No es particularmente grave para Brasil y Argentina, dado el pequeño tamaño de nuestro mercado interno y dado también que como está planteada, la suba de la tasa consular es menor para Argentina, Brasil y Paraguay que para el resto del mundo… Y por eso, termina teniendo un efecto mitigante que es la mayor protección que efectivamente terminan teniendo las empresas brasileñas y argentinas en nuestro mercado frente a competidores del exterior…

Pero como dijimos en su momento, el aumento de la tasa consular es una señal mala, nos expone a algunas represalias y debilita el argumento que un país chico siempre tiene que tener en un acuerdo como el Mercosur que es el apego sistemático a las leyes y normas acordadas.

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