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Entrevista central, jueves 18 de mayo: Daniel Radío

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Entrevista con el diputado Daniel Radío (PI).

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EN PERSPECTIVA
Jueves 18.05.2017, hora 8.21

Video de la entrevista

EMILIANO COTELO (EC) —En la última semana, un legislador uruguayo se convirtió en un fenómeno viral inesperado en las redes sociales, acá y fuera de fronteras.

El video con su intervención del miércoles de la semana pasada, durante el llamado a sala al canciller Rodolfo Nin Novoa, fue subido a YouTube y ya fue visto por más de 200.000 personas.

Además, su planteo, de poco más de 15 minutos, recibió la atención de varios portales internacionales y la cuenta de Twitter de este parlamentario se llenó de mensajes, sobre todo de venezolanos, que lo felicitan y le agradecen por conceptos como estos.

(Audio Daniel Radío)

Todos los días en Venezuela hay un muerto en las movilizaciones. Ayer, hoy y mañana. En las calles de vaya a saber qué urbanización de Caracas o frente a vaya a saber qué universidad de Venezuela están matando a Juan, a Pedro, a Diego, a Líber, a Hugo o a Susana, y nosotros habremos callado. Y lo digo con autocrítica, porque esta casa también se cayó. Señora presidente, la República Bolivariana de Venezuela por estos días tiene muy poco de República, pero mucho menos tiene de bolivariana. Simón Bolívar ha dicho que un país donde uno solo ejerce todos los poderes es un país de esclavos. Maduro es un déspota acorralado que nos está prometiendo un baño de sangre y lo viene cumpliendo.

(Fin audio)

EC —El autor de ese discurso fue el diputado del Partido Independiente (PI) por Canelones, Daniel Radío, quien nos acompaña.

¿Lo sorprendió la repercusión que tuvieron sus palabras en la sesión del miércoles de la semana pasada?

DANIEL RADÍO (DR) —Muchísimo. En realidad me preocupé, entre otras cosas porque al inicio del discurso yo nombro a un compañero que vive allá. Me preocupé, pensé que iba a ser una cosa de entrecasa.

EC —Difícilmente hoy las cosas quedan entrecasa, sobre todo si son públicas, y esta es una sesión que se trasmitió por el streaming del Parlamento, etcétera.

DR —Es verdad, pero siempre que hago discursos uno de mis secretarios los sube a YouTube y no tienen esta repercusión. Entonces esto me preocupó mucho más.

EC —Lo preocupó…

DR —Me preocupó por la seguridad de mi compañero.

EC —Ya que lo menciona, ese fue uno de los detalles que llamaron la atención de su intervención, la forma que eligió para iniciarlo.

(Audio Daniel Radío)

Pablo Vázquez es un compañero de la vieja guardia, un militante de la Juventud Demócrata Cristiana desde las primeras horas, que por razones de trabajo está viviendo en Caracas, junto con su esposa Farat Aguilar, otra compañera militante de las horas difíciles. Hace muy pocos días me escribió un correo que me voy a permitir leer muy parcialmente: “Venezuela nos duele y nos da miedo a todos los que vivimos aquí. Nos asusta lo que pasa en las calles, la represión desbocada, la falta de leyes, el jugarse la vida en cada esquina. Pero nos asusta y nos duele más lo que pasa cuando la calle se calla”. Y sigue contándome cosas de las que no voy a abundar detalles. Someramente dice: “Hoy Annette, la dueña de la librería, le disparó a su nieta de nueve años y luego se suicidó. Hace tiempo estaba desesperada, entre otras cosas porque no conseguía el anticonvulsivante. La niña sobrevivió”.

(Fin audio)

EC —¿Por qué resolvió comenzar así, con un relato tan personal de la crisis de Venezuela?

DR —No es la primera intervención que hago en cámara respecto al tema de Venezuela, ya había hecho otras antes. Vengo siguiendo bastante este tema, y uno de mis insumos habituales era conversar con Pablo, este amigo que vive allá. Yo estuve en Venezuela cuando las últimas elecciones parlamentarias, en esa oportunidad también estuve con él, él ha estado en casa alguna vez que ha venido a Montevideo. Y siempre decía: “Pablo me brinda todos estos insumos y yo chango con ellos y él permanece… Lo voy a nombrar, voy a hacerle un reconocimiento”, pensé para mí. Y expresamente lo nombré por eso. Fue sorprendente para mí esta cosa de la repercusión, pero quería nombrarlo.

EC —Fue un toque muy vivencial, un testimonio desde adentro, con el cual lo que usted pasó a decir a partir de allí adquirió otra dimensión.

DR —Para mí Venezuela es muy importante. En la década del 80 y principios de los 90 iba a Venezuela, porque integraba la Juventud Demócrata Cristiana de América, fui secretario general adjunto de la Juventud de la Democracia Cristiana, que tenía la oficina en Caracas. Además, antes, en plena dictadura, en la Democracia Cristiana del Uruguay recibíamos la solidaridad del Partido Demócrata Cristiano de Venezuela, sus declaraciones públicas reclamando, por ejemplo, por la liberación de Líber Seregni. Y uno siente eso que yo digo por ahí, la necesidad de retribuir esa solidaridad.

EC —La carta de su amigo seguía con otros detalles estremecedores sobre la vida cotidiana de los venezolanos. Por ejemplo, los dilemas éticos que se les plantean a los médicos y enfermeros. ¿Puede abundar en eso?

DR —Me parece que son cosas que nadie niega, porque tienen que ver con la crisis económica que vive Venezuela.

EC —Es una temática de la que usted se siente cerca, usted es médico.

DR —Sí, soy médico.

EC —¿Entonces?

DR —Lo que te decía, nadie niega que esas cosas pasan. Pero el paso siguiente tenía que ser por qué, entonces después abundo en la crisis económica, digo más cosas respecto a la crisis económica. El hilo de razonamiento fue: tengo que contar que estas cosas pasan, pero nadie niega que pasan, y a continuación tengo que decir por qué pasan. Entonces asigno responsabilidades y digo “esto pasa porque tienen un gobierno incapaz de manejar la economía”. Me parece que ese era el paso siguiente, porque si yo decía nada más “esto es así”, el gobierno se sacude los abrojos, como digo en un momento, y dice “esto es por culpa de la guerra económica y esas cosas”.