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Economía uruguaya creció 1,5 % en 2016

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El Banco Central divulgó los datos de cuentas nacionales con el cierre de 2016. Según esas cifras, en el último trimestre del año pasado el PBI de Uruguay creció 1,5 % en relación al tercer trimestre y se situó 3,4 % por encima del nivel de un año atrás. De esa manera, la economía creció 1,5 % en el conjunto de 2016, acelerándose respecto a 2015, cuando la expansión fue de solamente 0,4 % según cifras revisadas. Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA) —Pablo, ¿cómo vieron los datos de PBI conocidos ayer? ¿Estuvieron en línea con lo esperado?

PABLO ROSSELLI (PR) —Los datos del cuarto trimestre marcaron, por segundo trimestre consecutivo, un buen desempeño de la actividad económica, ratificando por tanto un repunte apreciable del PBI en el segundo semestre de 2016, luego de dos años de estancamiento.

En los últimos meses veníamos marcando que varios indicadores parciales que fuimos conociendo nos hacían pensar en un buen cierre del año y nos permitían ser algo más optimistas también en relación a 2017.

Nuestra última proyección para la variación trimestral apuntaba a un crecimiento de en torno a 1 % en términos desestacionalizados y terminó siendo de 1,5 % como comentaba Emiliano recién… con lo cual en lo sustancial no nos sorprendieron las cifras (esperábamos que fuera un buen trimestre) pero el crecimiento fue incluso algo más intenso de lo que preveíamos.

Ahora, como suele suceder, el BCU corrigió las cifras hacia atrás y por eso, si miramos el cierre del año, nuestra última estimación, que apuntaba a una expansión de 1,6 % en el promedio de 2016, estuvo muy en línea con el crecimiento de 1,5 % que efectivamente mostraron los datos.

RA —¿Y cómo fue el comportamiento sectorial en la última parte del año pasado? ¿En dónde estuvieron los crecimientos más importantes?

PR —Un primer elemento a destacar, Romina, es que la variación del PBI global encierra una caída del sector de Electricidad, en un marco de menor generación. De hecho, este sector cayó 7 % frente al trimestre inmediato previo y casi 12 % frente a los niveles de un año atrás. Con lo cual, si nos concentramos en el agregado PBI sin electricidad, estamos hablando de una expansión trimestral de 1,7 % frente a julio-setiembre y de 3,8 % en la comparación interanual.

Si miramos la realidad sectorial la verdad que el crecimiento fue muy generalizado en la comparación desestacionalizada con el trimestre inmediato anterior y también frente a los niveles de un año atrás. En la comparación con un año atrás y más allá del sector de Electricidad que recién comentaba, sólo cayó la construcción, que se mantuvo 1,4 % por debajo de los niveles de un año atrás (incluso cuando en la comparación desestacionalizada mostró un ligero repunte frente a julio-setiembre).

En todos los demás macro sectores la evolución fue al alza. Por ejemplo, vimos un crecimiento de más de 8 % interanual a nivel del sector de Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones (que desde hace varios años sobresale por su dinamismo, derivado de las comunicaciones, pues nuevamente el comunicado señala que las actividades de transporte y almacenamiento cayeron frente a un año atrás).

Luego Actividades primarias y Comercio también tuvieron un muy buen trimestre (con expansiones de más de 4 % interanual en ambos casos). En el caso de las Actividades primarias fue un buen trimestre para la agricultura (por lo que está siendo una mejor zafra de verano) y también a nivel de la producción de carne, con un crecimiento importante de la faena y las exportaciones en pie. Mientras tanto, a nivel del comercio, las cifras de la CNCS ya nos habían mostrado un repunte fuerte a nivel de los rubros de consumo durable sobre todo, favorecidas por la baja del dólar y cierta mejora de expectativas. Y al mismo tiempo la mayor llegada de turistas también alentó un repunte a nivel de Restaurantes y hoteles.

Por su parte, la industria manufacturera también mostró un repunte al cierre del año (creció más de 2 % frente al último trimestre de 2015), como de hecho ya nos habían mostrado las cifras que publica el INE mensualmente y que comentamos con ustedes oportunamente.

Y, finalmente, las Otras actividades (en dónde se agrupan un conjunto diverso de servicios) aumentó 1,5 % en la comparación interanual.

De esta manera, cuando miramos el cierre del año, la mayoría de los sectores logró cerrar el año con crecimiento frente a 2015, con las únicas excepciones de la construcción (que cayó casi 4 % en 2016, luego de caer más de 6 % en 2015) y el agregado Comercio, Restaurantes y Hoteles, que pese al repunte en la última parte del año, acumuló una caída de 1,6 % en el promedio de 2016 (también retrayéndose por segundo año consecutivo).

RA —¿Cómo fue el desempeño desde la perspectiva de la demanda?

PR —En el conjunto del año, tuvimos un aumento leve de la demanda interna (0,8 %). El consumo privado subió un 0,7 % y el gasto del gobierno necesario para la provisión de los servicios públicos (acá excluimos transferencias e intereses) aumentó 1,6 %. La inversión en capital fijo subió 0,9 %. Este crecimiento de la demanda interna permitió un incremento del PIB de 0,9 %. Pero por otro lado, tuvimos una contribución positiva del sector externo. En concreto, aunque las exportaciones cayeron 1,4%, las importaciones cayeron más (2,9%)… Y ese descenso mayor de las importaciones que las exportaciones tuvo una influencia en el PIB de 0,6%.

RA —¿Cómo quedan las perspectivas para este año?

PR —Todavía estamos revisando las cifras. Pero hasta ahora veníamos proyectando que la actividad económica va a registrar un mejor desempeño en 2017 que en 2016.
Dicho de otro modo, pensamos que la recuperación de la actividad económica debería continuar en 2017. Sin embargo, a nuestro juicio sería apresurado asumir que el ritmo de expansión del cuarto trimestre se va a repetir de forma sistemática en los próximos trimestres.

RA —¿Por qué dicen eso?

PR —Porque por un lado tenemos varias incertidumbres en el frente externo y porque a nivel interno tenemos algunos factores también inciertos y algunos desequilibrios que pueden terminar afectando la actividad económica. A nivel del marco internacional, tenemos que ver a qué ritmo finalmente la FED sube sus tasas de interés y cómo eso impacta en los mercados emergentes. Y en la región, las perspectivas de crecimiento económico son algo mejores para Argentina y Brasil pero todavía no está claro, sobre todo en Brasil, cuándo terminará la recesión.

A nivel doméstico, tenemos dos o tres cosas importantes. Por un lado, tendremos que ver el impacto del ajuste en el IRPF sobre el gasto de las familias. Por otro lado, el empleo continúa bajando (aunque a un ritmo lento) y las empresas enfrentan problemas de competitividad porque el país se ha quedado muy caro en dólares. Con todos esos elementos, pensamos que la actividad económica crecerá en torno de 2,5 % este año aunque el dato oficial de PIB podría cerrar por debajo de esa cifra porque en 2017 tendremos el efecto de la parada para tareas de mantenimiento de la refinería de Ancap, que tiene una incidencia relevante en el PIB y que estimamos podría ser del orden de medio punto.

En síntesis, esperamos un mejor desempeño de la economía uruguaya en 2017; estaríamos dejando atrás un período de estancamiento relativamente largo que observamos entre mediados de 2014 y mediados de 2016 pero el crecimiento previsto es de todos modos bastante moderado, similar a la media histórica del Uruguay.

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