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Inflación anual volvió a caer en febrero y se acerca al rango objetivo

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Sobre el cierre de la semana pasada se conoció que el Índice de Precios del Consumo aumentó 0,5 % en febrero y, de esa manera, la medición anual de la inflación bajó nuevamente y se ubicó en 7,09 %. Se trata de un registro apenas superior al tope del rango objetivo que tiene el Banco Central (que va de 3 % a 7 %) y eso alienta las expectativas de ver en un futuro próximo a la inflación nuevamente ingresando a este rango, luego de seis años de permanecer por encima del mismo.

Emiliano Cotelo (EC): Para analizar las últimas cifras y conversar sobre los pronósticos en materia de inflación estaremos conversando en los próximos minutos con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.

Romina Andrioli (RA) – Pablo, ¿cómo analizaron este descenso de la inflación en febrero? Se trató de una baja importante en términos anuales. Pasamos de una inflación en más de 8 % en los doce meses a enero a una apenas superior a 7 % en febrero… ¿La estaban esperando?

Pablo Rosselli (PR):  A ver… sí estábamos esperando que la inflación bajara sensiblemente en términos anuales (porque el registro de febrero de 2016 había sido muy elevado, de 1,6 %), pero el dato efectivo del mes fue aún menor a lo que aguardábamos. Concretamente, nuestro pronóstico apuntaba a una inflación de 0,9 % en el mes, que dejaba la medición anual en 7,5 %, y finalmente, como decía Emiliano al inicio, el registro fue de 0,5% en el mes y la inflación anual quedó en 7,09 %.

Ahora, cuando miramos al interior de la canasta, esencialmente nuestra sobreestimación de la inflación en febrero obedeció a que las frutas y verduras cayeron mucho más de lo que esperábamos y, en menor medida, también incidió que el dólar evolucionó por debajo de lo previsto y eso dejó una menor inflación transable.

RA –  Vayamos por partes… Decías recién que los precios de las frutas y verduras tuvieron una baja fuerte y que eso incidió significativamente en el registro de febrero… ¿Cuánto bajaron concretamente los precios de las frutas y verduras en febrero?

PR – Los precios de las frutas y verduras, en promedio, bajaron 5,7 %, básicamente por un abaratamiento fuerte de las frutas (en donde la caída de precios fue de más de 12 %). Los precios de las verduras también bajaron, pero ligeramente.

Como comentamos en meses previos, la caída de los precios a nivel de este componente no sorprende, en la medida en que habíamos visto al inicio del año pasado un alza extraordinaria de los precios de estos productos (asociada sobre todo a factores climáticos) que esperábamos se revirtiera, pero en los últimos meses esa reversión se estaba dando de forma más lenta… Con este dato de febrero la inflación a nivel del componente frutas y verduras bajó desde 11 % en los doce meses a enero a 1,8 % en el año finalizado en febrero. Con lo cual, Romina, el ajuste de los precios de las frutas y verduras que aguardábamos se fuera dando en la primera parte de este año ya se procesó casi en su totalidad y desde estos niveles ya no estamos esperando a priori bajas adicionales muy significativas de los precios de estos productos en los próximos meses.

RA – Está claro. ¿Y cómo fue el comportamiento en el resto de los componentes del IPC? Recién decías que el dólar evolucionó por debajo de lo esperado y que eso derivó en una menor inflación transable en el mes de febrero… ¿Podemos comentar las cifras?

PR – Sí, por supuesto. Concretamente, en el promedio de febrero el dólar cotizó a $ 28,42, y eso supuso un descenso de 0,4 % frente a enero.

En ese marco, los precios transables (que son los precios de los bienes que se comercian con el exterior y que por tanto están más directamente impactados por el tipo de cambio), tuvieron un aumento promedio de sólo 0,4 % en el mes. Y de esa manera la inflación transable en términos de doce meses cayó por debajo de 4 %… un registro seis puntos porcentuales menor al que teníamos sólo un año atrás y el más bajo desde mediados de 2010.

RA – ¿Y qué sucedió con los precios no transables, en donde el dólar incide menos?

PR –  A nivel de los precios no transables no estamos viendo todavía una moderación muy sustantiva. Concretamente, la inflación no transable en términos anuales se mantuvo muy próxima a 10 % en febrero y si no incluimos el tabaco (que es un rubro que ha tenido aumentos excepcionales por ajustes del IMESI), el resto de los precios no transables acumulan un incremento de 9,6 % en los últimos doce meses. Son niveles menores a los que se vieron en los momentos pico de la primera parte de 2016, cuando la inflación no transable estaba en más de 11%, pero siguen marcando una firmeza todavía destacable, que a nuestro juicio refleja presiones persistentes a nivel de los costos domésticos (sobre todo salariales). Como señalamos otras veces, una moderación más clara en estos precios es clave para que la baja de la inflación sea sostenible y no descanse exclusivamente en el mantenimiento de una moneda tan apreciada.

RA – En base a este análisis, entonces, ¿qué están esperando para los próximos meses? ¿La inflación ingresará finalmente en el rango objetivo?

PR –  Nuestros modelos de proyección venían marcando ya desde hace varios meses que en los primeros meses de este año podíamos ver a la inflación ingresando (al menos de forma transitoria) en el rango objetivo y a la luz de las últimas cifras, esos pronósticos se han ido ratificando. De hecho, es muy probable que ya en marzo veamos a la inflación caer por debajo de 7 %…

La mayor incertidumbre pasa por saber si el ingreso de la inflación al rango objetivo será solamente transitorio o si veremos a la inflación permanecer por debajo de 7 % por un tiempo más largo.

RA – Supongo que eso depende, entre otras cosas, de lo que suceda con el dólar ¿verdad? ¿Qué están suponiendo concretamente a nivel del dólar este año?

PR –  La verdad es que hoy estamos en momentos de mucha incertidumbre en relación a la evolución del dólar. Si bien mantenemos el diagnóstico de que el peso uruguayo está muy sobrevaluado o, en otros términos, que Uruguay está extraordinariamente caro en dólares, hemos empezado a convencernos de que, en tanto se mantengan buenas condiciones de financiamiento, esta situación puede perdurar por un tiempo más prolongado de lo que quizás veníamos manejando. En Deloitte estamos en plena discusión interna sobre el escenario de pronósticos de 2017, pero nos parece que ha venido ganando probabilidad un escenario en el que el dólar se mantenga relativamente estabilizado (o con muy ligeras subas) en lo que resta de este año y si eso es así la inflación podría incluso cerrar 2017 dentro del rango objetivo. De todas maneras, Romina, ese escenario está sujeto a varios factores de incertidumbre relevantes.

RA – ¿A qué factores te estás refiriendo?

PR – Por un lado y como siempre, la evolución del dólar a nivel local no es ajena a lo que suceda a nivel internacional y regional…Si viéramos una suba más intensa de la esperada de las tasas de interés por parte de la FED (que desencadene un fortalecimiento más fuerte del dólar en el mundo) o si a nivel regional viéramos un deterioro de expectativas que genere también devaluaciones relevantes, que hoy no se anticipan, podría suceder que el dólar en Uruguay tuviera un aumento más significativo.

Ahora, sin ese tipo de sorpresas desde el frente externo, la verdad es que la evolución del dólar en Uruguay y en última instancia de la inflación dependerá esencialmente de cómo termine operando la política monetaria.

RA – ¿Y qué aguardan en relación a la política monetaria?

PR –Como toda decisión de política es muy difícil anticiparla. A priori se podría pensar que en la medida en que la inflación siga cediendo e ingrese claramente al rango objetivo en los próximos meses, el Banco Central podría encontrar espacio para flexibilizar la política monetaria y promover una suba del dólar (privilegiando cierta recomposición de competitividad), aunque eso suponga que la inflación pueda volver a subir y quizás salir nuevamente del rango objetivo. Ahora, al mismo tiempo nos parece que, al menos en tanto la actividad económica no muestre mayores dificultades, la tentación de asegurar el ingreso de la inflación al rango objetivo (y no sólo de forma transitoria) puede ser fuerte en las circunstancias actuales y eso podría llevar al Banco Central a mantener una política monetaria contractiva por un tiempo más prolongado. En definitiva, Romina, habrá que esperar a ver qué sucede, pero como decía antes, si la política monetaria mantiene efectivamente un sesgo contractivo en lo que resta del año, el dólar podría permanecer relativamente estable (o con un aumento muy ligero) y la inflación podría cerrar 2017 dentro del rango objetivo.

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