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Entrevista central, martes 17 de enero: Verónica Alonso

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La transcripción de esta entrevista es un servicio de:
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Entrevista con la senadora Verónica Alonso.

Video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Martes 17.01.2017, hora 8.15

ROMINA ANDRIOLI (RA) —“A los uruguayos se les está terminando la paciencia con nosotros los políticos. Capaz que porque nos ven siempre en nuestra zona de confort.”

Con esa frase, la senadora nacionalista Verónica Alonso culmina una carta publicada el jueves pasado por el semanario Búsqueda en la que critica al sistema político por no intentar designar a un nuevo ministro del Interior que surja del consenso entre todos los partidos. Se trata de una idea que ella misma propuso después de que la senadora del MPP Lucía Topolansky dijera en una entrevista que sería bueno que Eduardo Bonomi volviera al Parlamento.

Aunque la iniciativa no fue apoyada ni por sus propios correligionarios, Alonso mantiene su propuesta, porque cree, según escribió, que así dará renovadas esperanzas a los ciudadanos de a pie, que esperan de todos los políticos una actitud distinta.

Para conocer más sobre esta propuesta, pero también para hablar sobre la interna del Partido Nacional (PN) y en especial del sector al que pertenece, Alianza Nacional (AN), vamos a conversar con la senadora Verónica Alonso.

NICOLÁS BATALLA (NB) —Empecemos por esta idea de buscar un ministro de consenso, que causó cierto revuelo a comienzos de año. ¿En qué consiste el planteo?

VERÓNICA ALONSO (VA) —Romina hacía un resumen de lo que pienso y de lo creo que debería ser la actitud del sistema político en general. El problema de la seguridad es el principal problema que todos sufrimos, más allá de banderas políticas, de posturas partidarias diferentes. Cuando no vienen las soluciones, cuando la gente está esperando respuestas y no llegan, me pareció que era una oportunidad –y no fue una propuesta de Verónica Alonso, sino de la senadora Topolansky–, porque creo que el ministro Bonomi está agotado como ministro del Interior; quizás pueda ser un excelente ministro y quizás lo haya sido, fue ministro de Trabajo. Pero no porque lo diga la oposición, sino porque lo siente y lo piensa la opinión pública, la ciudadanía. Creo que cuando uno quiere aferrarse a un ministro simplemente por amistad, por cuota política, porque es el compañero de lucha, y se pierde la capacidad de analizar si ha hecho una buena o mala gestión, ahí perdemos todos.

Mi planteo fue: ¿por qué no tenemos la capacidad, en el principal tema que tenemos los uruguayos, de ponernos de acuerdo, más allá de las diferencias, que las tenemos, sin duda? Y también quiero decir que no alcanza con cambiar un ministro para que cambie la seguridad. Es un análisis bastante tonto pensar que cambiando el ministro, de un día para otro va a mejorar la seguridad. Sería mentirle a la gente, porque eso no es verdad, pero es parte de un todo. Por supuesto que tendríamos que ponernos de acuerdo en las políticas de seguridad.

RA —Justamente, ¿qué implica un ministro de consenso? Usted decía que una cosa es cambiar al ministro Bonomi –que fue el planteo indirecto de Topolansky, diciendo que ella lo prefería en el Parlamento– y otra cosa es un ministro de consenso. ¿No ve que hay diferencias políticas sustanciales entre el PN y el Frente Amplio (FA) en torno a las políticas de seguridad?

VA —Claro que muchas veces pensamos distinto, y yo sé cuál es el rol que cada uno juega en el sistema político. Pero ¿por qué no tenemos la capacidad de pensar un poco más allá de nuestras barreras? Me parece que de eso se trata. Claro que la designación del ministro es una prerrogativa del presidente de la República, tiene que ser alguien que cuente con la confianza del presidente; estamos hablando de una de las principales carteras ministeriales. Pero ¿no podremos ponernos de acuerdo en determinados temas? Cuando fue convocado por el presidente de la República el diálogo sobre la seguridad, yo tuve incluso mis matices dentro de mi propio partido, porque yo entendía que los que tenían que estar sentados en esa mesa eran Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga, los principales líderes. Porque no solamente mostrar, teníamos que comprometernos con el principal tema; eso no quiere decir que yo haya desacreditado a los compañeros que fueron al diálogo, claro que tienen mi confianza. Allí seguramente, más allá de pensar distinto, podíamos poner los temas que nos unen por encima de los que nos separan.

Yo sé que existen tensiones políticas, existen diferencias, pero ¿por qué no podemos salir un poquito de nuestra zona de confort, donde todos sabemos más o menos cómo va a jugar cada uno? Son previsibles, si uno pregunta ¿cómo cree que jugaría alguien del FA y cómo cree que jugaría alguien del PN en esta situación? Más o menos uno dice: el PN se va a plantar desde la crítica y quizás con algunas propuestas, pero hasta ahí no más. Me parece que hay que tratar de ir un poco más allá, especialmente porque creo que es lo que está esperando la gente de nosotros. Y por lo que tú decías al principio, creo que parte del descreimiento y de la desilusión que tiene la gente con los políticos tiene que ver con eso, con no tener la capacidad de sentarnos en una mesa y tener la madurez política de resolver los problemas de la gente –y vaya si este es un problema–, más allá de nuestras banderas partidarias, más allá de nuestra concepción sobre determinados temas.