Un efectivo de la Guardia Republicana está detenido y hoy declarará ante la Justicia por su presunta responsabilidad en el homicidio de Nicolás Cuña, de 19 años, quien falleció tras recibir un balazo en el pecho ayer de madrugada frente al boliche Coyote, de la calle Colorado y avenida San Martín.
Según El País, uno de los asistentes al baile relató, en coincidencia con la versión de algunos vecinos, que un grupo de hombres armados amenazaba a quienes estaban sentados en el cordón de la vereda, exigiéndoles que se fueran, lo que habría sido el origen de los incidentes.
El escritor Roy Berocay, que vivió a cuadras del boliche publicó una columna en Facebook en donde aseguró que lo que sucedió era "una crónica de una muerte anunciada" porque las trifulcas, las corridas y los tiroteos son comunes prácticamente en todos los fines de semana.
En diálogo con En Perspectiva, Berocay contó que parte del problema es que hay mucha gente que se queda afuera por ser menor, o por no tener plata, que deambula sin control alguno. "Si hay un lugar con un montón de denuncias por ruidos molestos, denuncias en la comisaría por tiros, desde hace años, no se entiende como sigue funcionando", aseguró Berocay.
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Foto en Home: Pista de baile de la discoteca Coyote. Crédito: Facebook de Coyote.