Corinne Bailey Rae lanzó en este mes de setiembre “Black rainbows”, su primer disco en siete años.
Las canciones están inspiradas en los objetos y obras de arte de la colección Theaster Gates, dedicada al arte negro, en el Stony Island Arts Bank de Chicago.
“Cuando entré por esas puertas supe que mi vida había cambiado para siempre. Comprometerme con estos archivos y encontrarme con Theaster Gates y su práctica ha cambiado la forma en que me veo a mí misma como artista y cuáles pueden ser las posibilidades de mi trabajo. Esta música ha venido a través de ver. Ver ha sido como oír, para mí. Mientras miraba, aparecieron canciones/sonidos”, explica Corinne Bailey Rae.
Como avances la artista lanzó “New York transit queen” y “ Peach velvet sky”.
Cantante de soul británica, que también se mueve en terrenos del blues y del pop. Debutó en 2006 con 26 años y con un primer disco homónimo. Grandes expectativas creadas y comparada con muchas grandes como Billie Holiday, Lauryn Hill, Norah Jones, Sade y Macy Gray.
Corinne Bailey Rae nació y se crió en Leeds, hija de padre afroantillano y madre de Yorkshire y la mayor de tres hermanas. En la escuela estudió violín clásico hasta lograr un gran nivel, pero cualquier ambición de seguir evolucionando se frustró cuando le entró la adoración por Led Zeppelin. A los 15, a Corinne le empezaron a obsesionar también los grupos indie de chicas como Veruca Salt y L7, y empezó a pensar en crear su propio grupo. Y eso hizo. Se llamó Helen.
Fue a la Universidad de Leeds a estudiar literatura inglesa y por las tardes trabajaba en la ropería en un club local de jazz. De vez en cuando le dejaban cantar con la banda, y a raíz de aquellas veladas le empezaron a surgir nuevas ideas. Empezó a componer canciones con la idea de interpretarlas en solitario y alejarse de lo indie para adentrarse en un territorio más soul. Cuando EMI la fichó en la primavera de 2005, contaba con 10 años de experiencia a sus espaldas, sabía exactamente lo que quería y cómo conseguirlo.
