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La bomba atómica, 78 años después

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Este domingo 6 de agosto se cumplen 78 años del día en que Estados Unidos estrenó la bomba atómica lanzándola sobre Hiroshima, en Japón. Tres días más tarde, otra bomba similar cayó en la ciudad de Nagasaki.

200.000 personas fallecieron como consecuencia de esos ataques, la mitad de ellas durante las explosiones y el resto en los días y semanas siguientes, debido a quemaduras, heridas y los efectos de la radiación. La ONU eleva la cifra a 400.000 personas fallecidas en las décadas posteriores por causa de la radiación que recibieron.

Little Boy y Fat Man, los nombres que tenían esas dos bombas, son hasta el día de hoy las únicas dos armas nucleares utilizadas en un contexto bélico.

Desde entonces se han desarrollado armas mucho más poderosas, como la bomba de hidrógeno, capaz de producir una explosión mil veces más potente, pero que solo se han detonado en pruebas.

Contra su desarrollo fue que hizo campaña J. Robert Oppenheimer, quien, recordemos, se sintió muy atormentado luego de los bombardeos en suelo japonés.

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, a medida que las armas se hacían más peligrosas, crecieron los temores por la devastación que podría devenir de su uso, y surgieron iniciativas para controlarlas, como la creación del Organismo Internacional de Energía Atómica, de la ONU, o la firma del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, que entró en efecto en 1970.

Últimamente, los temores por la utilización de este tipo de artefactos volvieron al tapete por las amenazas del presidente ruso, Vladimir Putin, de emplearlas en la guerra de Ucrania.

La Mesa de los Viernes con Alejandro Abal, Juan Grompone, Eleonora Navatta y Gonzalo Pérez del Castillo.

Viene de: “Oppenheimer”, uno de los fenómenos cinematográficos del año

Continúa en: Trump, las denuncias en su contra y el apoyo popular… y otros telegramas